Los inviernos siempre dejan alguna herida en Areoso. El pequeño islote de A Illa siempre acaba sufriendo por causa de los temporales que le acaban marcando su orografía, en algunos casos, de manera irreversible. El último no ha sido menos que los anteriores y ha dejado profundas huellas en el espacio dunar, y sobre todo, en el istmo que une las dos partes que conforman el islote, cuyo proceso de separación parece que ya no tiene vuelta atrás.

Sometido a la masificación veraniega, ese lento proceso de erosión se ha acentuado en los últimos años, algo que confirman los integrantes de Pandulleiros, que el pasado día 12 realizaron su primera visita del año a un entorno paradisíaco que se encuentra en la UCI si no se ponen las medidas necesarias por parte de las administraciones, lo que ayudaría a preservar su riqueza natural, y sobre todo, la arqueológica.

El espectáculo que se encontraron no es del todo pesimista con respecto a la imagen que dejó antes del invierno, pero dista mucho de ser positivo, sobre todo en lo que respecta a la conservación de la duna, el istmo y los restos castrexos que se esconden bajo el paleosuelo. Todas estas circunstancias hacen necesaria una serie de intervenciones que permitan preservar el espacio natural y evitar la desaparición de la gran cantidad de restos arqueológicos para los que el mar, que paradójicamente es el que los descubre, acabe haciéndolos desaparecer.

Una de las cuestiones más preocupantes es el estado de la duna. Los vientos del noroeste han hecho mella en ella y han convertido lo que antes era una suave colina en ascensión en un acantilado de arena en el que se aprecia el considerable retroceso que ha experimentado el espacio dunar. Pero lo que más preocupa a los "pandulleiros" en el plano medioambiental es el istmo. Dañado por la instalación de un gran zulo para el tabaco en su día, este espacio no ha parado de retroceder, y ya es una evidencia que, en mareas relativamente altas, el islote se parte en dos, por lo que es muy probable que esa tendencia sea totalmente irreversible.

Es en esa zona, en la cara que mira hacia Barbanza donde se encuentra la mayor parte de los restos arqueológicos. "En una visita a Areoso siempre te encuentras algo nuevo", explica el portavoz de "Pandulleiros", Pablo Iglesias mientras camina con su compañero Benigno Chaves entre varias cistas funerarias. Y es cierto, nada más desembarcar lo primero que les llama la atención es el retroceso que ha experimentado el paleosuelo, terreno que esconde la mayor parte de los restos hallados hasta el momento en Areoso. El mar se ha llevado por delante una gran cantidad de terreno en esa zona y han aflorado una gran cantidad de cistas funerarias que son apreciables a simple vista, algo que no ocurría el pasado año. Todos esos hallazgos son comunicados a los arqueólogos que han visitado el islote en los últimos tiempos para que tomen nota de ellos y sirven para presionar a las administraciones para que actúen lo antes posible, "antes de que el mar, la masificación y la erosión se acabe llevando todo este legado".

Para "Pandulleiros" urge que se tomen esas medidas cuanto antes, que se elabore un plan de protección integral de Areoso que sirva para "limitar las visitas, al estilo de As Catedrais el pasado verano" eso serviría para evitar la imagen que ofrece el islote durante el verano "cuando se llena de turistas que, en su mayor parte por desconocimiento de lo que ocurre, acaban provocando un grave daño al ecosistema y a los restos históricos que el mar pone al descubierto". Esta reclamación "no es un capricho sino la constatación de una realidad, ya que toda esa presión turística que soporta el islote en verano, acaba pagándola en el invierno con los temporales".

La de restringir el acceso no es la única propuesta que lleva tiempo realizándose desde "Pandulleiros". El colectivo entiende que se debe acometer cuanto antes una intervención arqueológica en profundidad, en especial, en la zona que está siendo más afectada por el efecto de las mareas. "Se podría crear un centro de interpretación en A Illa,para guardar todos los restos importantes que se hallen en esas excavaciones, que deben realizarse cuanto antes al ser este un espacio tan cambiante que, en solo unos años, puede quedar oculto bajo el mar", explica Iglesias. Para "Pandulleiros" sería una importante tragedia ya que "se perdería un patrimonio de valor incalculable".