Los problemas que provocan los vertidos no afectan solo al cauce del Umia y a la capacidad de los bombeos, sino que pueden resultar un serio inconveniente para la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR). Así lo hace constar el personal de la EDAR de Ribadumia en un informe que ha remitido a la Mancomunidade en el que se destaca "una gran presencia de aguas industriales que son muy difíciles de tratar adecuadamente y pueden suponer un serio problema de averías".

Precisamente el vertido del aserradero fue uno de los que analizó Durán en su comparecencia como ejemplo del daño que puede provocar en la red. "En principio, no es un vertido que preocupe por sus niveles de contaminación, ya que es arena, pero si provoca serios daños en los bombeos, causando averías importantes que suponen un gasto extra en labores de mantenimiento", explica.

Destacó que la empresa concesionaria del servicio, Espina y Delfín, "está haciendo vigilancias constantes en la red y realizando tareas de limpieza del vertido para que al río y a la EDAR llegue lo mínimo posible, pero, cuando llueve, el bombeo de Cabanelas se inunda y rebosa; el vertido, al estar compuesto por grasas y aceites, que flotan, es lo primero en ser expulsado provocando estas situaciones".