A Illa de Arousa comenzó a acondicionar las sendas que bordean su litoral para la Semana Santa y el próximo verano, cuando se espera que el municipio reciba a una gran cantidad de turistas.
Muchos de los tramos de esta senda perimetral, que supera los 10 kilómetros de longitud, han sufrido daños durante el invierno, especialmente en la zona norte de la playa de O Bao, punto por el que ya han pasado los operarios municipales para frenar su deterioro y compactar su superficie. Esa imagen se va a repetir en las próximas semanas, sobre todo durante el mes de abril en puntos como la senda de O Campelo o la que une la playa de bandera azul de O Bao con el parque natural de Carreirón.
En varios de los tramos existen pasarelas de madera donde se está comprobando el estado de las mismas por si es necesario cambiar o reparar algún punto al estar excesivamente deteriorado por el paso de los temporales del invierno.
El proyecto de la senda perimetral de A Illa nació en 1999 de la mano del Concello y de Costas del Estado para completar un recorrido que bordease todo el litoral del municipio, incluyendo en algunos tramos un carril bici. Un ejemplo de ello es el tramo de un kilómetro de longitud que convive en la playa de O Bao con una pasarela de madera.
El otro tramo de carril bici se encuentra en el vial de acceso directo al muelle de O Xufre, en tan solo dos kilómetros, ya que el último tramo no se ha completado. En este sentido, el Concello sigue esperando por la Consellería de Infraestructuras a que se acometa esa actuación que se viene reclamando desde los tiempos en los que era Agustín Hernández el titular de ese gabinete.
Así lo reconoce el alcalde del municipio, Carlos Iglesias, al afirmar que "llevamos años esperando por esta actuación para completar un tramo de recorrido que complete los tres kilómetros que unen la rotonda de entrada con el muelle de O Xufre, que fue olvidado por la Xunta cuando se construyó el vial".
Además de estos tres kilómetros de carril bici, están los del puente que une A Illa al continente, los cuales fueron construidos en 2010. Aunque la mayor parte de los dos kilómetros por cada lado se encuentran en perfecto estado de conservación, el deterioro en algunos puntos comienza a ser más que notable, por lo que en A Illa esperan que pueda someterse a algún tipo de reparación lo antes posible para evitar que pueda seguir degradándose.
