La PO-531, vial que une Vilagarcía con Pontevedra, no solo presenta serias deficiencias de mantenimiento en la calzada, sino también en alguno de sus viaductos. Uno de ellos es el conocido como Ponte Baión que, tras años sin ningún tipo de mantenimiento, se encuentra muy cerca de acabar cayendo al río Umia, al encontrarse podridos varios de sus soportes.
Ese puente es utilizado por muchas personas de Baión para acercarse a sus propiedades en el otro lado del río, o simplemente para pasear, motivo por el cual causa una importante preocupación que las protecciones del puente, que evitan que puedan precipitarse a las aguas del Umia, se encuentren en ese estado. A esa preocupación también se suma la situación de la calzada a su paso por la parroquia vilanovesa, llena de baches que necesitan una urgente reparación, exponiendo sus vehículos a posibles daños.