El presidente del Club Náutico O Muíño, José Manuel Vázquez reconoce su indignación por los persistentes vertidos que afectan al cauce del Umia, de tal modo que inutiliza la zona más tranquila del río en la que solían remar los piragüistas.

El entrenador, Francisco García subraya que mientras otros clubes llevan más de 900 kilómetros realizados "nosotros aún no pudimos hacer ni uno", de modo que los deportistas, la mayor parte niños, solo reciben preparación en el gimnasio.

Tal como está el río, después de mes y medio de vertidos, la única solución que tiene el club es viajar a otras zonas de entrenamiento "como el embalse de Verducido", pues los padres no quieren poner en riesgo "la salud de los chavales".

"¿Qué pasaría si a uno de los niños le salen manchas en la piel?", se pregunta el entrenador Francisco García.

José Luis Dios y José Ángel Serantes, padres de sendos piragüistas de O Muíño, reconocen que no van a permitir que sus hijos entrenen en ese lugar con las piraguas. "Lo primero es su salud y en este lugar no está garantizada", explican casi al unísono.