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Tejer una red museística en la comarca era la pretensión del programa Interreg que financió la obra

Sala en la que se proyectan los audiovisuales. // Noé Parga

En el año 2003 el concello de Meaño, presidido entonces por Jorge Domínguez, iniciaba la ardua labor de recuperar una vieja casona en As Covas, conocida como Pazo de Lis. Lo hizo en buena parte gracias a los fondos que la Unión Europea aportaba a través del programa Interreg para crear una red museística en la comarca. El pazo permanecía en estado ruinoso en su interior, y en su recuperación se invirtieron 193.000 euros, a los cuales hubo que añadir 60.000 más en mobiliario y equipamiento, dinero que llegó en gran parte en base a los fondos europeos antes citados.

Domínguez había previsto ya recuperarlo en 1996 si el INEM concedía entonces a Meaño la Casa de Oficios, pero aquel proyecto se frustró y la nueva ocasión surgió en 2003. El concello convocó entonces un concurso de ideas para recuperarlo y reconvertirlo en un pequeño museo dedicado a la mujer labradora. Finalmente, tras las obras que ejecutó la empresa Varela Villamor, el pazo-museo abrió sus puertas en diciembre de 2005. Lo hizo, paradójicamente, con un pleno extraordinario de la Cámara de Comercio de Vilagarcía, en una de sus sesiones itinerantes.

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