El pazo de Lis es sin duda la pieza arquitectónica civil de carácter público más singular del municipio meañés. La adquirió el concello en 1946 -siendo alcalde Marcial Iglesias- a la familia Calviño, por un montante estimado de 80.000 pesetas de entonces, desembolso al que hizo frente vendiendo un monte de dos hectáreas que el concello tenía en Trubisquido. En inmueble actuó durante un tiempo en la posguerra como sede provisional de la casa consistorial -tras arder el viejo consistorio que estaba en Outeiro-, hasta que en 1958 se convirtió en vivienda del entonces secretario del concello, Vicente Mato Sierra y su mujer, hasta el deceso de ésta en 1978 y la inmediata jubilación de aquel. A partir de entonces el pazo, cuya fachada muestra un excepcional ejemplar heráldico, quedó deshabitado y abandonado hasta verse reducido a un estado ruinoso, lo que llevó al concello a plantearse por momentos su venta.
El inmueble, de dimensiones modestas, cuenta con bajo y dos plantas. En el interior alberga dos pequeñas salas de exposición, una en la planta baja y otra en la primera, que es lo que propiamente actúa como museo. En la segunda cuenta con una sala de conferencias que se pone a disposición de los diferentes colectivos o entidades que la soliciten para presentaciones o actos similares.
