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La memoria de la iglesia de Cálago llega a Harvard

La investigadora vilanovesa Alicia Padín publica un pormenorizado estudio sobre el desaparecido templo en la revista "Románico"

El campanario de Cálago es el único vestigio en pie que se conserva de la antigua iglesia románica. // NP

Vilanova de Arousa guarda muchos secretos. Entre ellos destaca la historia de Cálago, el punto originario del actual casco urbano y donde, en el siglo IX existía un monasterio que se convirtió en uno de los primeros puntos de Galicia asaltado por las hordas vikingas y por la expedición musulmana que lideró Almanzor.

De aquel monasterio ya no queda ningún vestigio evidente, pero si se tiene constancia de la existencia de una iglesia románica que, durante varios siglos, fue la iglesia parroquial, hasta que acabó desapareciendo. Sobre ella ha realizado una profunda investigación la historiadora vilanovesa Alicia Padín, cuyo trabajo se ha publicado en el último número de la revista "Románico". Todos esos secretos, desconocidos para una gran parte de los vecinos del municipio se desentrañan en este artículo de una publicación que llega a universidades nacionales e internacionales, como es el caso de la Complutense de Madrid, e incluso, la prestigiosa universidad estadounidense de Harvard.

Padín, licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Santiago y máster en Estudios Medievales por la misma Universidad, señala en ese artículo que de las dependencias monásticas no se ha conservado ninguna referencia física o documental, pero si que existe constancia del uso de la iglesia, al menos desde el siglo XV. De ese templo, quedan evidencias de cómo era gracias a los dibujos del padre Nolasco Gaite y de Ramón Fontenla en 1905, así como una fotografía de Zagala de 1906. De todo ello solo se conserva en la actualidad, el campanario de Cálago, convertido en emblema del escudo municipal.

En el artículo, Padín explica los motivos por los que se acabó arruinando la iglesia de Cálago. "La iglesia de Cálago dependía del monasterio de San Martín Pinario como se recuerda en todas las visitas realizadas a la parroquia. Sus rentas eran muy escasas, algo que se explica en 1598, ya que dependía de los fondos que aportaban los mareantes ".

"El encargado de asistir la iglesia de ornatos es el Regimiento, lo que se corresponde con el Ayuntamiento en la actualidad. Las limosnas y penas del mar son de ayuda para el mantenimiento de la fábrica, pero no son suficientes, ya que se invertía en el aceite y cera, y los gastos del monumento de la Semana Santa, para el cual ponen las cofradías los ornatos. El "Procurador General y los Regidores" afirman que reparan la iglesia, paredes y madera, ya que es de su posesión, pero no se han tomado cuentas en los últimos cincuenta años de estos gastos, ni se cobran los derechos de los bautizados, albas ni sepulturas. Esta falta de cuidado de la iglesia románica la conducirá a su ruina, debido al mal estado del techo, las paredes agrietadas por las humedades, la entrada de la lluvia y el desorden de las sepulturas de dentro de la iglesia. Además, la iglesia se empieza a quedar pequeña y en el siglo XIX la villa ha crecido alejada de ella, por lo que se decide ampliar una céntrica capilla para sustituir a la vieja parroquial". Esa iglesia no es otra que A Pastoriza, situada en pleno casco urbano del municipio y que ejerció como templo parroquial hasta mediados del siglo pasado, cuando fue sustituida por la iglesia de San Cibrán.

Tras un análisis pormenorizado de las pocas fuentes que quedan, la historiadora recupera la forma de la antigua iglesia que se mantuvo en pie hasta principios del pasado siglo. Según explica en el artículo "se trataba de un templo con planta de una nave y un ábside rectangular, probablemente la traza románica original. El ábside presentaba en el interior un arco triunfal, ligeramente apuntado y doblado en arista viva, similar al de San Juan de Baión, otra parroquia de Vilanova de Arousa. Se apoyaba sobre dos columnas entregas cuyo ábaco se impostaba por el muro. Una línea de imposta recorría los muros laterales, pero no el testero. El arco fajón interno, semejante al triunfal, servía de refuerzo a la bóveda, pero este no se doblaba. La cubierta abovedada sigue la misma directriz de los arcos. Presenta dos hileras de sillares y el resto parece conformarse por mampostería, la misma solución que se encontrará en San Martín de Sobrán, una iglesia también de origen monástico situada a tres kilómetros de Cálago, y que posiblemente tiene Baión, donde se ha enlucido. El empleo de este material pudo facilitar su ruina una vez abandonada". Además, el templo contaba con columnas entregas estilizadas que se remataban con capiteles vegetales de una sola fila de grandes hojas y pomas o espirales. Según Balsa de la Vega, estos soportes del arco triunfal eran lo más destacable de las ruinas, probablemente de finales del siglo XII y contemporáneas del campanario conservado. Puesto que no se observan cambios en el muro, y los escasos ingresos no permitían obras en la fábrica, es probable que toda la iglesia fuese de este siglo, y, como apunta Bango, siguiendo la traza del siglo X. En el último tramo del muro norte del ábside se abre un pequeño vano. En el ápice de testero debió asentarse una cruz pétrea por el tipo de base que conservaba. Los arcos del ábside pudieron estar reforzados mediante contrafuertes que probablemente se elevaban hasta la altura de la imposta interior, ya que la bóveda no necesitaría demasiado refuerzo. En 1715 se menciona una bufarda que se ubicaba en el lado de la Epístola y permitía la entrada de luz al ábside, pero carecía de cierre, por lo que manda que la "Justicia y Regimiento" ponga una vidriera y reja en ella.

Pese a su desaparición, todavía se conservan algunos vestigios esparcidos por Vilanova, al haber sido reaprovechados varios elementos en las viviendas de Vilanova que se edificaron en el siglo XIX. La mayor parte de esos vestigios corresponderían, con mucha probabilidad, a la capilla de la Concepción, fundada en 1533. Varios de esos elementos tienen origen románico, apunta Padín. Entre ellos se encuentra a la entrada del cementerio, donde se han reutilizado "una basa y un capitel a modo de soporte de dos elementos modernos, posiblemente del siglo XVI y casi ocultos por el asfalto. También existen dos "canecillos" en viviendas del casco urbano.

Padín concluye que "Cálago hubiera sido un magnífico ejemplo del arte románico en Pontevedra, pero diversos factores, como la falta de fondos o su alejado emplazamiento del centro de una villa creciente, imposibilitaron su conservación hasta la actualidad. Fue utilizada de cantera cuando le llegó la ruina para las casas del pueblo y para la torre de la iglesia de A Pastoriza. No obstante, aún puede reconstruirse su pasado a través de las fuentes documentales y hacerse una idea del magnífico templo que pudo ser Cálago en el románico del Salnés".

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