Las excavaciones en Castro Alobre han permitido recuperar otro objeto de interés arqueológico, en este caso una fíbula transmontana, un broche de los siglos III-II antes de Cristo, que se suma al reciente descubrimiento de un Acus Crinalis o adorno femenino para el peinado, de similar época.

Las dos piezas confirman la antigüedad de este asentamiento y demuestran la ocupación romana de uno de los asentamientos que se pueden considerar estratégicos por su proximidad al mar y, por tanto, origen y destino de un fuerte comercio marítimo. No es la primera vez que se desentierra uno de estos broches en el céntrico yacimiento vilagarciano pues cabe recordar que en una de las primeras excavaciones se halló una de mucho más valor, la etrusca fíbula de navicella, que se exhibió en los más prestigiosos museos del mundo. También en aquella excavación se halló un ara dedicada a Neptuno, dios de los Mares, y que se exhibe en el Museo de Pontevedra.

El broche localizado esta semana en Vilagarcía tiene un valor más testimonial ya que solo se encontró una parte, la que corresponde con el arco y el pie (donde cierra el broche) y no conserva ni el puente ni la aguja, algo que se considera común porque son partes independientes de la pieza.

Subrayan los expertos que la fíbula está adornada con anillos tanto en el pie como en el arco, lo que indica el detallismo con que trabajaban los orfebres de la época.

Explican en la Diputación de Pontevedra que la cronología de estas fíbulas abarca desde el siglo II antes de Cristo al siglo primero de la actual Era, por lo que se corresponde, por tanto, "con la fase III de la Edad del Hierro, la cual se caracteriza por un destacado desarrollo de la cultura galaica, evidenciado en la evolución de los propios castros".

Este tipo de piezas se usaban como broches de vestir y tenían una importancia significativa como bien que daba prestigio a su poseedor.

Destacan los estudiosos del castro que la tipología transmontana es típica del noroeste de la Península Ibérica y muy frecuente en los castros de Galicia, como confirman los numerosos hallazgos similares en otras excavaciones realizadas a lo largo y ancho de Galicia.

La intervención arqueológica que la Diputación de Pontevedra lleva a cabo en Castro Alobre, que se extenderá hasta junio, está enmarcada en el protocolo firmado con el Ministerio de Fomento para la puesta en valor de los 18 yacimientos galaico-romanos de la provincia de Pontevedra.

Los arqueólogos tienen mucha confianza en el castro vilagarciano pues creen que va a deparar interesantes sorpresas prehistóricas.