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El culto al Nazareno puebla las estrechas calles de Cambados

La imagen volvió a salir de la barroca capilla del Hospital mientras una multitud con velas lo acompañaba en su recorrido

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Miles de cirios iluminan al Nazareno por Cambados

La lluvia amenazó durante toda la jornada de ayer con obligar a suspender una de las procesiones con más fieles de cuantas se celebran en Cambados. Pero el cielo quiso dar un respiro al temporal y permitir que el Nazareno volviese a poblar las estrechas calles de Cambados con una multitud para escoltar la imagen que se guarda en la capilla barroca del Hospital, y que solo sale de ella cada primer viernes de marzo.

El Camiño Real volvió a llenarse de devotos que portan sus tradicionales velas para acompañar la imagen del dolorido Jesús de Medinacelli, que recorrió el barrio marinero de San Tomé con gran solemnidad. Con su túnica de color púrpura y rodeado de una combinación de flores en colores amarillo y violeta, fue sacado a hombros de la iglesia para subirlo al paso que le esperaba en las puertas de la capilla, acto que se escenificó al son de las campanas, y de forma esporádica, con fuegos artificiales.

A paso lento arrancó la procesión, con gran solemnidad, con una multitud portando enormes cirios, velas y exvotos de cera, en ofrecimiento a la "sangrante efigie" del venerado Cristo. Al final, la procesión se cerraba con la presencia de un grupo de gaitas, cornetas y tambores, que imprimió ritmo sacro al desfile.

La procesión es el culmen de una jornada religiosa que arranca a primera hora de la mañana, con la celebración, durante todo el día, de siete misas. La del Nazareno de Cambados es una de las procesiones más multitudinarias y que mayor fervor despiertan de cuantas se celebran en la comarca de O Salnés.

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