Ahora que los italianos alertan de la localización de mejillón gallego contaminado por coliformes, muchos se acuerdan del borrador de Lei de Acuicultura que la presión social obligó a a enterrar para siempre. Hay que recordar que en ese reglamento, impulsado por la Consellería do Mar y finalmente descartado por este mismo departamento, incluía importante sanciones.

Tanto es así que el responsable o responsables del envío de mejillón contaminado por E. coli a Italia, en caso de que se demuestre que fue manipulado fraudulentamente y/o intercambiado de zonas "B" a zona "A", podrían enfrentarse a importantes multas e incluso perder sus bateas y embarcaciones auxiliares de acuicultura.

Y es que, a modo de ejemplo, en el polémico anteproyecto se establecía la prohibición de extracción, posesión, transporte o comercialización de productos acuícolas procedentes de zonas de producción cerradas por motivos de seguridad alimentaria y/o higiénico-sanitarios sin las correspondientes autorizaciones administrativas.

A este respecto, se catalogaban como sanciones graves, que podían haber originado multas de entre 3.001 y 30.000 euros, además de suspenderse el permiso que habilita para el ejercicio de la acuicultura durante un periodo máximo de dos años, la obstrucción de las labores de inspección, incumplir las normas de producción, carecer de póliza de seguro, incumplir las autorizaciones para extracción de la semilla de mejillón o construir o modernizar buques auxiliares de acuicultura sin permiso, así como el transporte o almacenamiento de productos fraudulentamente.

Lo mismo puede decirse del traslado clandestino de bivalvos de unas zonas a otras y el incumplimiento de los períodos de descanso programados, la venta o traslado de mejilla o mejillón de "desdoble" a bateas situadas fuera de Galicia y la limpieza de redes y demás útiles acuícolas en lugares inapropiados.

La fallida ley, precisamente para evitar situaciones de fraude -Gardacostas investiga si es lo que ha ocurrido con el mejillón enviado a Italia-, también trataba de introducir los sistemas de seguimiento y localización obligatorios en los barcos auxiliares, pues se cree que mediante esos mecanismos es posible vigilar a los barcos que trabajan de noche y en zonas cerradas por presencia de biotoxinas o a aquellos que cambian cuerdas de zonas "B" a bateas de zona "A".