Los vertidos incontrolados en los montes se están convirtiendo en una pesadilla para las comunidades de montes ubicadas en el Concello de Vilagarcía de Arousa. Cada vez aparecen nuevos puntos de depósito ilegal de voluminosos y los servicios de vigilancia en el monte responsabilizan a los comuneros de estos vertederos. La situación se traduce en una importante multa, así como la financiación de la retirada de la basura acumulada. Los comuneros, hartos de este problema, se plantean una estrategia conjunta para luchar contra estos basureros ilegales.

Los primeros pasos están a cargo de las comunidades de montes de Cea y de Trabanca Badiña, cuyos directivos comenzarán a hablar con sus homónimos de las otras organizaciones colindantes.

Los comuneros de Cea hacen un llamamiento a los vecinos de Vilagarcía para que conciencien con el medio ambiente y hagan uso del servicio municipal de recogida de voluminosos, de carácter gratuito, en lugar de arrojar al monte los restos de muebles, equipamientos y otros materiales que ya no usan. También solicitan la colaboración vecinal, aportando datos de forma anónima, para que la comunidad de montes pueda identificar y denunciar a los desaprensivos que ejecutan los vertidos ilegales en el monte.

En un control rutinario de los montes de Cea realizado ayer por los directivos de la comunidad, detectaron nuevos puntos de vertido en los que aparecieron todo tipo de artículos, entre los que destacaban sillones viejos, colchones, pantallas y restos de ordenadores, plásticos, un bidón de combustible, neveras, lavadoras, televisores, sanitarios y hasta una bañera de hidromasaje.

Muchos de ellos están en los parajes más recónditos de los terrenos comunales, por lo que no se explican por qué los particulares se empeñan en abandonar en el monte residuos que pueden gestionar a través del servicio municipal de recogida de voluminosos.

Un problema similar tienen los comuneros de Trabanca Badiña que han tenido que gastar una parte importante de su presupuesto en la limpieza de sus montes. Las zonas más conflictivas fueron saneadas, regeneradas y convertidas en áreas recreativas, pero los vertederos incontrolados vuelven a reproducirse.

Esta agrupación es una de las más pequeñas del término municipal vilagarciano, pero está entre las más castigadas por los vertidos, debido a su proximidad a núcleos de población.

Por su parte, la comunidad de montes de Cea registra el mayor territorio comunal del municipio con un total de 602 hectáreas, lo que dificulta un control exhaustivo de los terrenos para evitar la proliferación de vertederos ilegales.

Algunas zonas conflictivas, como la vaguada de la vieja arenera incluso fueron valladas para impedir el acceso a personas ajenas a la comunidad de montes, pero periódicamente descubren que los alambrados fueron cortados y que en la zona se observan nuevos vertidos.

Los comuneros de Cea y de Trabanca Badiña ya comenzaron las conversaciones para buscar una estrategia conjunta en la lucha contra los vertederos ilegales, y ahora quieren hacer extensiva esta unidad de acción a sus homónimos de Bamio, Guillán y Trabanca Sardiñeira, así como a las otras comunidades de concellos vecinos que tienen territorio en el monte de Xiabre.

La directiva de los comuneros de Cea ha ordenado la redacción de dos proyectos selvícolas y de prevención de incendios en los montes comunales que suman más de 100.000 euros. Estas iniciativas, para las que solicitan subvenciones de la Xunta de Galicia, serán presentadas a todos los miembros de la comunidad de montes en la asamblea que celebrarán el tercer domingo del mes de abril, donde también se rendirán cuentas.

Con los proyectos selvícolas la directiva de los comuneros pretende actuar en unas 37 hectáreas, realizando labores de rareo o desbroces selectivos, y limpieza del monte para una mejor crecimiento de los árboles, lo que contribuye a una mayor rentabilidad. Dado que el territorio comunal es muy amplio, con más de 500 hectáreas de explotación forestal, los trabajos selvícolas se van realizando por partes. En cuanto al plan de prevención de incendios, la superficie a tratar abarca unas 50 hectáreas.

Los proyectos podrán ejecutarse si la comunidad de montes consigue la ayuda económica de la Administración, debido a que esta entidad tiene unos gastos fijos de 50.000 euros anuales (para hacer frente al pago de los salarios de sus dos trabajadores, el pago de las cuotas patronales de la Seguridad Social, la Mutua de Seguros, mantenimiento de maquinaria y vehículos, así como el combustible para su funcionamiento). Una parte importante de los ingresos procede del parque eólico que aporta a la comunidad 35.000 euros anuales. El resto se completa con los ingresos de la explotación. La comunidad reinvierte en los montes y en obras vecinales todos los beneficios que consigue.