La nueva fase de excavaciones que se desarrollan en el castro de Alobre empieza a descubrir restos de interés para historiadores, arqueólogos y amantes de las antiguas civilizaciones.

El equipo acaba de encontrar una primera pieza curiosa en el terreno, a saber, un Acus Crinalis o adorno femenino muy frecuente y apreciado entre las mujeres romanas, que empleaban estos objetos para confeccionar su peinado entre los siglos I antes de Cristo y IV de la presente Era.

En concreto, explican los expertos, "se trata de un objeto de bronce, de casi diez centímetros de longitud, en excelente estado de conservación". Aunque se le supone un objeto muy común su hallazgo hace pensar en una "destacada romanización de Vilagarcía de Arousa", resaltan los investigadores.

En este primer mes de trabajo, la brigada que participa en los trabajos del yacimiento vilagarciano han removido prácticamente la cubierta vegetal y la capa húmica por lo que, explican, "empiezan a apreciarse las primeras estructuras en planta de la zona excavada, alguna de ellas ya documentada, y otras totalmente inéditas".

Cabe señalar que en la actualidad los restos arqueológicos visibles ocupan un espacio de unos 90 metros cuadrados y que con el nuevo plan se pretende llegar a una superficie de 400, que en principio sería la que tiene más posibilidades de conservar restos prehistóricos.

La intervención arqueológica tiene por objetivo, explican en un comunicado de la Diputación, "el acondicionamiento del sector visible y su entorno inmediato así como actuaciones encaminadas a evitar alteraciones de las estructuras, la consolidación y restauración de los restos exhumados, la recreación de elementos singulares, la instalación de elementos adecuados para facilitar la circulación del visitante por el yacimiento, impulsando la accesibilidad, la instalación de paneles explicativos y la iluminación del área de intervención".

A través de esta excavación se prevé la aparición de estructuras y materiales arqueológicos que permitirán profundizar en el conocimiento de este yacimiento urbano singular.

En este contexto, dicen en la Diputación, "se pretenden aportar datos para el mejor conocimiento de las relaciones comerciales de la fase final de la cultura castrexa en su tránsito hacia otras formas de ocupación del territorio en las Rías Baixas, así como comprender la proximidad del medio marítimo y la pesca, como base de su economía y subsistencia".

Los arqueólogos están convencidos de que el Castro de Alobre va a deparar importantes sorpresas durante la excavación, la cual se va a desarrollar hasta el mes de junio. Es de subrayar que en este mismo suelo se localizó un ara o altar dedicado al dios Neptuno y la también conocida como fíbula de Navicella, una especie de broche con forma de nave que se expone en un museo neoyorquino. Con todo, los trabajos van demasiado lentos para nuevas conclusiones.