El sector del albariño, en particular en lo que a la venta de uva se refiere, parece haber tocado fondo para el viticultor. Los precios han caído tanto en los últimos años que ha comenzado a proliferar el abandono de explotaciones, ya que la actividad ha dejado de ser rentable. Los viticultores, ahogados por un mercado a la baja, tratan de organizarse ante la situación de dominio que ejercen las bodegas. Dos asociaciones han surgido en los últimos tiempos en O Salnés para tratar de aunar los intereses del colectivo, la última la Agrupación Profesional de Viticultores Rías Baixas. El próximo sábado a las 20 horas -después de haberlo hecho en Dena- se presentan con una charla informativa en la casa de cultura de Ribadumia. Uno de sus promotores es Julio Reboredo Froiz.

-¿Cómo ha estado el precio de la uva albariña en 2015 en comparación con la de otras denominaciones de origen?

-La de 2015 ha sido en precio la peor cosecha de los diez últimos años. En una comparativa con otras denominaciones ha sido la uva peor pagada de todas. En la Ribeira Sacra, el godello se pagó a entre 1,25 y 1,30 euros el kilo y el mencía a 1,10; en el Ribeiro, la treixadura, a 1,10; en Valdeorras, el godello a entre 1,10 y 1,15 euros el kilo? Ninguna bajó de 1 euro. Mientras, en Rías Baixas más de la mitad de la uva albariña que entró en bodega se pagó a entre 60 y 80 céntimos, y solo en casos aislados pudo llegar a un euro, IVA incluido.

-¿Ha dejado de ser rentable la venta de uva albariña?

-Por desgracia y con estos precios sí, y buena prueba de ello es que O Salnés, de 2014 a 2015, ha perdido 200 viticultores. Y también está bajando la superficie, tanto por inspecciones que está llevando a cabo el Consello Rías Baixas para actualizar el registro real del viñedo y anular tarjetas que llevan cinco años paradas, como por viticultores que están arrancando porque la actividad no es rentable.

-El 1 de enero entró en vigor una nueva ley que regula los derechos de plantación. ¿Qué aspectos de la ley hay que tener en cuenta?

-Lo primero es que prohíbe la compraventa de derechos, algo que en la práctica se venía haciendo hasta ahora. Quien quiera plantar viñedo debe solicitar los derechos a un banco que depende del Ministerio de Agricultura. Puede solicitarlo entre el 1 de febrero y el 15 de marzo. Si le son concedidos, dispone de tres años de plazo para realizar la plantación, y en caso de no hacerlo el Ministerio le abriría un expediente sancionador.

-¿De cuántos derechos dispone ese banco para 2016?

-Cada país de la Unión Europea puede ofrecer derechos por el uno por ciento de su potencial vitícola, que el caso de España vendrían a ser unas 10.000 hectáreas. Aún así en este año 2016 el Ministerio de Agricultura ha puesto a disposición unas 4.300 hectáreas. Y ya solo desde la denominación de origen de La Mancha se pidieron 5.000 hectáreas. Veremos pues las que les conceden allí y cuántas van a llegar a Galicia y, en concreto, a Rías Baixas que, según mi información, serán más bien pocas.

-¿Quién tiene preferencia a la hora de obtener esas concesiones?

-Los viticultores jóvenes, de menos de 40 años, que quieran iniciarse en el sector. Y aquí también estamos en desventaja con respecto a La Mancha porque en Rías Baixas, dada la situación actual y los precios de la uva tan bajos, no hay jóvenes que quieran iniciarse.

-¿Existe otra vía para poder plantar?

-Se puede declarar el arranque de uva de mesa de viñas propias y plantar albariño, como se venía haciendo. Pero ahora, cuando se solicite esto, se dispondrá solo de un plazo de dos años para plantar, cuando hasta ahora eran ocho. Y cabe otra opción. Si uno conoce a un viticultor que vaya a hacer un arranque puede llegar a un acuerdo previo antes. Solicitar un cambio de titularidad de ese viñedo, que no afecta nada a la propiedad, y de esa forma se hace con derechos que pasarán a ser suyos y que podrá usar en una nueva plantación.