El frío se convirtió en el gran protagonista de la jornada de ayer en toda Galicia, pero la aparición de nieve en la comarca de Arousa no alcanzó en ningún momento cotas significativas ni siquiera en los puntos más altos de Xiabre o Monte Castrove.
A primera hora de la mañana algunas de las rocas del alto de Meda amanecieron con una capa de alrededor de un centímetro de nieve. Incluso hubo alguna familia que se acercó al lugar para que los más pequeños disfrutasen del primer contacto con esos copos.
Incluso a medida que avanzó el día, y con el leve aumento de las temperaturas respecto a la noche, la poca nieve que apareció en los puntos más altos de la comarca arousana se derritieron en pocas horas.
La animosidad de muchos arousanos por tomar contacto por primera vez con la nieve les hizo tomar el coche en dirección al interior de Galicia. Fue el caso de la familia Oubiña Cascallar que, a la altura de Lalín, se encontraron con una nevada más que importante.
El manto blanco que cubría la zona a la altura de Dozón impresionó a los más pequeños de la familia. Carol y Tomé, mellizos de tan solo cuatro años, se emocionaron nada más observar la primera nevada de sus vidas. Su hermana Duna hizo de portavoz de la experiencia señalando que "la nieve estaba muy cuajada y pudimos hacer muñecos, lanzarnos bolas e incluso utilizar unas tablas de la playa como trineos".
Reconoce Duna Oubiña que sus hermanos pequeños disfrutaron mucho del día. "Mis padres nos levantaron muy temprano para irnos en busca de la nieve y mis hermanos se emocionaron mucho a medida que nos íbamos adentrando en la nieve. Fue un día muy especial para todos".
Reconocía también la niña vilagarciana que "me recordó mucho la imagen a las que se ven en la tele cuando se habla de lugares como Suiza. Estuvimos toda la mañana jugando hasta la hora de comer".
Toño y Jenny, padres de los pequeños, no fueron los únicos que decidieron salir hacia la zona del Deza en busca de la nieve. Muchas otras familias de la comarca quisieron experimentar y la comarca del Deza se convirtió en su destino, si bien hubo que circular con mucho cuidado puesto que la nieve caída llegó incluso a dejar aislados diversos lugares en Forcarei y Rodeiro, así como en vías de Lalín, Dozón y Cerdedo.
En aquella zona muchas otras familias del lugar también se sumaron a la hora de divertirse con las precipitaciones caídas, por lo que se hizo notable la presencia de muchos muñecos de nieve en los descampados.
Tal fue la densidad de nieve caída que incluso en el casco urbano de A Estrada se encontró una buena capa. A ello se le unió la dureza y compactación de la nieve. El mejor ejemplo lo puso la propia Duna Oubiña, "me traje una bola desde Dozón y llegó a Vilagarcía sin derretirse".
