Rosa Lois Oubiña, "A Chíchara", falleció el jueves con 106 años cumplidos a finales de enero pasado. Era una de las mujeres de mayor edad de la comarca arousana, y su familia ha recibido en las últimas horas numerosas muestras de pésame, incluida la del Ayuntamiento, que le ha enviado un ramo de flores.

"A Chíchara", como era conocida en la localidad, está siendo velada en el tanatorio de Santa Mariña. A las 15,45 horas de esta tarde saldrá el cortejo fúnebre hasta la iglesia parroquial, donde se oficiará el funeral de cuerpo presente. El entierro será posteriormente en el cementerio de Santa Mariña.

Rosa Lois tuvo nueve hijos, de los cuales la han sobrevivido cuatro, 40 nietos, 69 bisnietos y una docena de tataranietos. La mujer se valió por sí misma hasta poco antes de cumplir los 100 años. De hecho, con 96 hizo un viaje de ida y vuelta a Estados Unidos para visitar a unos nietos que ella misma crió en Nueva Jersey, y que se quedaron allí después de que ella regresase a Galicia.

Y es que la mujer, como muchos otros cambadeses, se vio obligada a emigrar, y escogió como destino Estados Unidos. Allí pasó 17 años, asentándose en Nueva Jersey, un Estado en el que había entonces una importante colonia de españoles y portugueses.

Pero al final le pudo la nostalgia, y prefirió regresar a Galicia a quedarse en un país donde las costumbres eran muy distintas a las que ella había tenido desde niña.

Costurera en O Brexo

Rosa Lois Oubiña nació en el barrio de O Brexo, donde trabajó como costurera, y falleció en el domicilio familiar, tras haber pasado un etapa en el asilo de ancianos de San Tomé.

Fue en esa residencia precisamente donde cumplió los 100 años, una efemérides a la que se había sumado entonces el alcalde, Luis Aragunde, que acudió al centro para felicitarla con un ramo de flores y ayudarle a soplar la tarta de cumpleaños, al igual que muchos de sus descendientes, entre ellos un gran número de niños.

Poco después, sin embargo, se mudó a vivir con su familia, por lo que la noticia de su fallecimiento aún no había llegado a primera hora de la tarde de ayer al asilo, donde aún la recuerdan algunas de las monjas de la congregación, así como residentes en el centro.

Rosa Lois era una de las personas de mayor edad de O Salnés.