Las principales organizaciones ecologistas, animalistas y conservacionistas de Galicia respaldan al sector del mar ante la manifestación de mañana en Santiago y muestran un total rechazo a la Lei de Acuicultura proyectada y ya retirada por la Consellería do Mar.

Los grupos medioambientalistas aseguran que estarán presentes en la movilización compostelana e invitan a la sociedad a hacer lo propio, siguiendo así el mismo guión que en las últimas semanas representaron cofradías de pescadores y bateeiros.

La Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA), que desde el principio abanderó el movimiento reivindicativo del sector, recibe así el respaldo de Adega, Cemma, Hábitat, Verdegaia y otras muchas entidades de toda Galicia que dejan constancia de que "las demandas para nuestras rías no terminan con la retirada de la ley, sino que es preciso recuperar la calidad de las aguas, garantizar su saneamiento, acabar con los vertidos industriales y revocar la prórroga de 60 años a la papelera de la ría de Pontevedra".

Así pues, en el saco del 27-F se mete absolutamente todo aquello que, de un modo u otro, puede estar relacionado con las rías, de ahí que se hable también de la Lei do Solo, Plan de Ordenación Litoral, plan de la Red Natura y demás.

Lo que mantienen los ecologistas, coincidiendo también con el sentir expresado por los convocantes del 27-F, es que Mar retiró el anteproyecto acuícola "en un intento por desconvocar esta protesta", la cual "debe mantenerse" en atención a diez razones fundamentales.

La primera de ellas es que, a juicio de los ecologistas, "subyace una filosofía neoliberal pensada para privatizar el mar sin ningún tipo de restricciones", a lo que suma que la ley acuícola "está pensada para la gran industria" y que "el marco normativo que diseñó el PP pretende que compitan los sectores tradicionales con las multinacionales con criterios estrictamente económico-financieros, tecnológicos y de aprovechamiento máximo del recurso, sin considerar la capacidad de carga y el mantenimiento de los sistemas acuáticos".

Al exponer esa decena de razones para avalar el 27-F, los ecologistas explican que "se elimina la posible intervención de los Concellos mediante la declaración de supramunicipalidad de los macropolígonos acuícolas", a lo que añaden que la ley se redactó "de espaldas a los sectores productores" y que "promueve la transformación de las zonas de marisqueo en parques acuícolas con técnicas de producción industrial".

Para terminar denuncian que "elimina la obligatoriedad de evaluación ambiental de las instalaciones, permite la ubicación de plantas acuícolas en espacios naturales protegidos y provoca una degradación ambiental del mar y los ríos".

Como se aprecia, todo ello son argumentos ya conocidos y centrados en la ley de acuicultura, la cual, cabe recordar, ya fue retirada por la Consellería do Mar.

Son también quejas, denuncias o preocupaciones que expusieron por activa y por pasiva las gentes del mar en las últimas semanas, al igual que se refirió a todo ello la Xunta, aunque para negar tales afecciones o destacar el carácter voluntario de la transformación del marisqueo en acuicultura.