Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los daños a la fauna del Umia por el vertido de la "Brenntag" duraron más de seis años

Los científicos desconocen si el río arousano se recuperó de la catástrofe de 2006 porque las administraciones eludieron financiar una investigación sobre los efectos de la contaminación

Vertido en el Umia por el incendio de Brenntag // Lavandeira Jr

El 1 de septiembre de 2006 se produjo una de las catástrofes medioambientales más graves de la historia de O Salnés. El incendio de la química Brenntag, en Caldas de Reis, causó al río Umia un devastador vertido que mató todo lo que encontró a su paso y que dejó varios días sin agua la comarca arousana. Entre seis y siete años después, los científicos todavía encontraban en el curso larvas de lamprea alteradas por la contaminación. Y aunque en alguna ocasión los aficionados a la pesca deportiva o los ecologistas hayan dicho que tenían la impresión de que el río se había recuperado relativamente bien de la catástrofe, los científicos se muestran mucho más cautos.

Fernando Cobo, que es el director de la Estación de Hidrobioloxía "Encoro do Con", un ente de investigación dependiente de la Universidade de Santiago, afirma que "no sabemos desde un punto de vista científico que pasó con el río tras el accidente, ni disponemos de herramientas para evaluar hasta que punto se recuperó o no porque no se estudió. Propusimos en su día realizar un estudio completo de la evolución del río tras el episodio de contaminación, pero no encontramos financiación".

El grado de implicación de las administraciones públicas con la salud del río Umia (la principal arteria fluvial de O Salnés, y de la que toman el agua que usan en sus casas y empresas más de 100.000 ciudadanos) vuelve a ponerse de actualidad tras los vertidos de aguas fecales y de salsas industriales que se produjeron el pasado fin de semana. Y es que la reiteración de este tipo de episodios parece poner en tela de juicio la capacidad o el interés de las instituciones por frenarlos. Tanto es así que a pesar de que el vertido de escabeche ya fue visto el domingo, ayer miércoles el departamento de la Xunta de Galicia con competencias en los cursos fluviales, Augas de Galicia, mantenía el más absoluto silencio respecto a este episodio.

Fernando Cobo no oculta su decepción cuando se le cuestiona por la salud del Umia y los esfuerzos de la administración por mejorarla. Así, a la pregunta de si le han pedido su opinión sobre la reconstrucción del azud o represa de Cabanelas, responde que aunque no quiere hacer sangre, "es un dato objetivo que falta la primera vez en 30 años que nos llamen para pedirnos nuestra opinión sobre algo relativo al río".

"Tenemos mucho que contar porque investigamos todos los aspectos científicos de aguas dulces (lo que incluye ríos, lagunas, lagos?) y podríamos ser perfectamente un órgano consultivo para la administración. Y de hecho hay organizaciones extranjeras que nos hacen consultas, pero aquí en Galicia no ha ocurrido", añade Cobo.

Más de 170 vertidos

La Diputación de Pontevedra y la Estación de Hidrobioloxía realizaron a principios de la década pasada, antes del siniestro de la Brenntag, un estudio sobre la situación del río Umia, y localizaron más de 170 vertidos sin autorizar al cauce.

Tras el incendio de la química, la Xunta de Galicia prometió una serie de infraestructuras para mejorar un río que ya antes de la catástrofe pasaba por ser uno de los más castigados de Galicia. Transcurridos los años, pocas de esas promesas se cumplieron, salvo la depuradora de aguas residuales de Barrantes. También se abrieron media docena de rutas de senderismo en el río o sus afluentes, aunque en este caso se trata de una actuación que fue muy contestada. De hecho, supuso la eliminación de gran parte de la vegetación de ribera de esas zonas y la "humanización" de espacios, con el consiguiente desplazamiento de la fauna.

¿Están velando ahora de forma efectiva las administraciones por el buen mantenimiento del río? En el caso del vertido de salsa de escabeche, es la segunda vez en apenas mes y medio que se produce. Pero esa misma emisión fue denunciada hasta en media docena de ocasiones anteriores en los últimos tres años. Y, además del silencio de Augas de Galicia, la única respuesta que se ha escuchado ha sido de la Mancomunidade do Salnés, que ha avisado que impedirá el acceso a la red de saneamiento de las empresas que viertan a la misma sus residuos sin depurar y que sean reincidentes.

El presidente del organismo comarcal, Gonzalo Durán, discrepa de la apreciación de que las administraciones estén siendo tibias con las empresas causantes de los vertidos. "Lo que ocurre es que es muy difícil controlarlo porque pueden verter a cualquier hora del día o de la noche, incluso en registros que no son los de sus fábricas".

El también alcalde de Vilanova se muestra muy crítico con las factorías autoras de este tipo de hechos. "Lo que falta es conciencia, y lo que sobra es ganas de ganar dinero fácil". De hecho, plantea que "sobran los mecanismos para verter a la red solo las emisiones ya pretratadas". Eso sí, admite que las sanciones de 3.000 euros por un vertido pueden ser demasiado exiguas como para asustar a los infractores "porque es cierto que depurar es caro, pero eso ya va en el precio del producto que vendes".

El vertido de aceites hizo rebosar a su vez el bombeo que la Mancomunidade tiene en Cabanelas, y que ayer aún expulsaba fecales.

Compartir el artículo

stats