El departamento municipal de Urbanismo de Vilagarcía no ha querido entrar en el conflicto planteado por los comuneros de Cea sobre la titularidad del camino al que acceden las fincas en las que una empresa pretende instalar una planta de reciclaje de conchas marinas procedentes de las industrias conserveras. La explicación municipal es que desconoce, de momento, cual es la ubicación exacta elegida para esta actividad industrial, ya que en las dependencias municipales no se ha presentado el proyecto técnico para la obtención de la licencia urbanística.

El área de Urbanismo ha puntualizado que "es condición indispensable para la obtención de licencia que la parcela en la que se ubique la instalación para la que se pide permiso cuente con acceso público". Como de momento no se ha tramitado nada en el Concello se desconoce el emplazamiento exacto de esta futura planta de reciclaje.

Para la obtención de la licencia municipal los promotores de la iniciativa deberán presentar, además del proyecto, los planos y títulos de propiedad de la parcela, y se harán las comprobaciones pertinentes en el Catastro y en el Registro de la Propiedad, no solo de la finca sino también de los accesos existentes.

Los comuneros de Cea señalan que las fincas en cuestión limitan con montes vecinales y comunales y con un camino que abrieron los comuneros para dar servicio a la aldea de Castroagudín y, por lo tanto, es comunal y no municipal, como se indica en la documentación aportada por la empresa para la tramitación de la declaración de impacto ambiental.

En el estudio de impacto ambiental se hace un resumen de la valoración del Concello de Vilagarcía donde pone de manifiesto que no cree que el proyecto pudiera causar un impacto significativo sobre el medio ambiente, siempre y cuando se implante y se cumplan las medidas protectoras y correctoras propuestas por el promotor con el fin de evitar la producción de malos olores derivados del almacenamiento y degradación de la concha marina. Además el proyecto deberá garantizar el adecuado tratamiento de las aguas de lluvia que puedan estar en contacto con los residuos.

Por su parte el Instituto de Estudos do Territorio, en un primer informe, consideró que las instalaciones provocarían un importante impacto paisajístico debido a que se generaría un borde contacto directo entre las instalaciones de tipo industrial y el monte.

La empresa aportó un estudio de impacto e integración paisajística que propuso la plantación de especies arbóreas y arbustivas destinadas a hacer una barrera visual y una solución de tipo mimético al color de la edificación. Tras analizar la nueva documentación, el Instituto de Estudos do Territorio consideró que con esas actuaciones el impacto paisajístico no sería tan significativo.

Por su parte, la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural informó que no es previsible que las obras derivadas del proyecto generen impactos sobre bienes de patrimonio cultural, por lo que no es necesario establecer medidas protectoras o correctoras para incluir en el estudio de impacto ambiental, en el caso de que el proyecto se someta al sistema de evaluación ambiental ordinaria.