Los operarios procedieron ayer finalmente a la tala del laurel existente en la zona del Castro de Alobre (Vilagarcía), que se está excavando gracias a un convenio de la Diputación y el Ministerio de Fomento. Los técnicos han determinado que las raíces del ejemplar impiden desenterrar una antigua estructura del castro sin provocarle daños, y que en cualquier caso el laurel es una especie muy abundante en la zona y de rápido crecimiento. De ahí que hayan considerado que es un mal menor su tala.

En el área que se está excavando hay cinco árboles próximos: cuatro son robles, y el quinto era el laurel que se cortó ayer. En el caso de los primeros, los técnicos consideran que estos no afectan en nada a los trabajos de prospección, y aunque tampoco ven peligro para los trabajadores que están en la zona, se han asegurado con tirantes. Pero la situación del laurel era distinta. Desde un primer momento ya se temió que podía significar un problema para la excavación, y así lo han corroborado finalmente los técnicos de la Estación Fitopatolóxica de O Areeiro.

Las raíces del ejemplar invaden totalmente un muro que procede de la zona ya excavada, y que sigue bajo el árbol. En los últimos días, los operarios estuvieron excavando a mano alrededor de las raíces para determinar si no afectaban al muro y si era posible levantar el árbol sin dañar el yacimiento para después replantarlo en otra zona, tal y como les había pedido la concejala de Urbanismo, Paola María.

El Ayuntamiento de Vilagarcía explica que en la zona contigua al laurel existen dos niveles arqueológicos distintos, correspondientes a sendas etapas. "El más profundo es de la época castrexa, y hay otro superior de un asentamiento romano". Una vez retirado el laurel, los arqueólogos podrán profundizar en la tierra para determinar si existen más estructuras enterradas.

En cuanto a los cuatro robles, correrán mejor suerte, puesto que no afectan a ningún vestigio. La zona donde se encuentra el Castro de Alobre es un gran pulmón verde tan atractivo como desconocido.