- ¿Cómo es el trato cotidiano?

- Culturalmente hablando, la diversidad del país es enorme y dispone de contrastes de todo tipo. Desde la China tradicional reflejada en Pekín, hasta ciudades como Shanghai y Guangzhou, mucho más modernas y cosmopolitas. Te choca mucho el impacto que supone residir en estas ciudades de 20 o 25 millones de personas, con presencia de gente de otros países y en las que pasas totalmente desapercibido, a ser el centro de atención en una ciudad como la que yo vivía, Wuhan, en la China central, con 13 millones de personas. Estaba hiperdesarrollada en algunos aspectos pero, en otros, son difíciles de entender algunos comportamientos en el siglo en el que estamos. Como por ejemplo que me sacase veinte fotos al día con la gente por la calle por el simple hecho de ser extranjero y de tener el pelo rubio, cuestiones que les chocaban allí porque apenas vivía gente de fuera. Esto se multiplicaba con los jugadores extranjeros de color que teníamos en el equipo.

- ¿Tienen en buena estima en China a los técnicos españoles?

- Por regla general, sí estamos bien considerados. De entrada, y en parte por los éxitos cosechados por la selección española en años recientes, se abre la puerta a profesionales de este país por la buena consideración en cuanto a nuestra propuesta futbolística. Después es ya una cuestión personal de desarrollo y buen hacer. En esto, un buen ejemplo es Gregorio Manzano y su cuerpo técnico. Su trabajo en Beijing Guoan ha valido para tener una propuesta de otro de los equipos fuertes, el Sanghai Shenshua, e incluso a optar al puesto de seleccionador nacional de China que recientemente quedó vacante. En la actualidad, son bastantes los profesionales españoles que se han desplazado a trabajar al país, desde técnicos en Segunda División como Jordi Vinyals, y su staff completamente español, a otros que trabajan en la formación de los jóvenes futbolistas, y que hemos tenido cerca en la provincia de Ourense, como Cote Iglesias o Luis Vilachá. Es un fútbol que quiere aprender y que respeta mucho la labor del entrenador.