La pesadilla de las participaciones preferentes, en la que se vieron envueltas miles de familias, se inició en las Navidades de 2011, aunque estalló con todas sus fuerzas en los primeros meses del año siguiente. La Plataforma de afectados de O Salnés se creó en la primavera de 2012, y fue enormemente activa, con protestas periódicas ante las sucursales de los bancos y gestiones a nivel político. Pero el calvario fue muy largo para muchos, ya que la solución definitiva a las preferentes no llegó hasta el verano de 2014.

Ramón Otero apunta que lo mejor de esos dos años "fueron las muestras de solidaridad", y ver "como había gente que seguía ayudando a los demás después de recuperar su dinero". Pero también hay una cara negativa. "Resulta que los titiriteros de Madrid pueden ir a la cárcel, mientras que las personas que cometieron este descalabro llegaron, dieron los buenos días y se volvieron para sus casas. Una sociedad que pretende ser justa no puede permitir esta ausencia de responsabilidades ante hechos tan graves". Para este portavoz de la Plataforma de O Salnés -que aunque carece ya de actividad no está disuelta como tal- "igual esto no sirvió para regenerar nada y no estamos libres de que vuelva a ocurrir". De hecho, lamenta que la comisión de investigación del Parlamento gallego aún no hiciese públicas sus conclusiones.