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Los pasos de peatones, polémicos tanto por exceso como por defecto

-Los hay pintados ilegalmente, con badén demasiado pronunciado o mal iluminados -Y hay donde los necesitan pero no se los ponen

Los pasos de cebra o peatones siempre son noticia, para bien o para mal. Y en la comarca de O Salnés y los municipios del Ullán no iba a ser menos.

Los ciudadanos que van a pie, los que usan coches, motos o camiones y los que circulan en bicicleta -que no se bajan para cruzar, cuando deberían hacerlo- dicen que los hay pintados con colores no permitidos, que la pintura empleada es demasiado resbaladiza, que los instalados con una elevación del firme tienen poco o mucho desnivel, que algunos están mal iluminados o carecen de señalización vertical complementaria y que los hay regulados con semáforos que en unos casos tardan demasiado en cambiar y en otros, muy poco.

En definitiva, que son muchas las quejas que se escuchan sobre los pasos de cebra existentes. Pero claro, también hay lugares donde lo que desean los vecinos es disponer de uno de esos pasos de peatones y, sin embargo, no pueden tenerlos o tardan demasiado en concedérselos.

Solicitudes recientes

Hay ejemplos de todo esto prácticamente en todos los municipios, y en lo relativo a solicitud de pasos algunos muy recientes. Basta recordar que hace solo unas semanas el Ayuntamiento de Cambados solicitaba una reunión con la Consellería de Infraestructuras para plantearle que la carretera autonómica que pasa por Castrelo tienen un tramo de más de dos kilómetros sin un solo paso de peatones, Vilariño y la avenida de Vilariño.

En cuanto a los ejemplos de pasos de peatones ya existentes pero criticados, pueden recordarse los problemas con los badenes en A Illa, Pontecesures, O Grove, Vilagarcía y tantas otras villas, pero también puede incidirse en la existencia de pasos de peatones pintados en rojo y blanco, como ocurre en la ciudad vilagarciana y en el centro de Catoira.

Prohibido el rojo

Ya fueron objeto de crítica y estudio en muchas ocasiones, pero siguen ahí, a pesar de lo que dice el Real Decreto 1428/2003, de 21 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento General de Circulación para la aplicación y desarrollo del texto articulado de la Ley sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial.

Dicho articulado explica cómo debe ser la marca del paso para peatones y deja claro que consiste en "una serie de líneas de gran anchura, dispuestas sobre el pavimento de la calzada en bandas paralelas al eje de ésta y que forman un conjunto transversal a la misma".

Para añadir que "indica un paso para peatones, donde los conductores de vehículos o animales deben dejarles paso" y advertir de que "no podrán utilizarse líneas de otros colores que alternen con las blancas", es decir, que no valen el rojo y el azul, a pesar de estar tan de moda; solo el blanco y el gris del asfalto.

Al hablar de esto puede aludirse también a otros pasos de peatones muy frecuentes y rodeados de polémica, sobre todo en Vilagarcía. Son aquellos que se cambiaron de ubicación, de tal forma que las líneas originales se cubrieron con pintura de color negro, para tratar de imitar el asfalto.

Sucede que se convierten en zonas peligrosas por lo resbaladizo del firme, pero también porque invitan a la confusión, ya que desde los vehículos no está claro del todo si hay un paso de cebra o no, y los peatones tampoco lo acaban de ver, por lo que cruzan confiados y pueden originarse accidentes, como ya sucedió en Carril, a la altura de la sede de Gato Negro, o en la calle de Gumersindo Nartallo, en pleno centro de la ciudad vilagarciana.

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