El precio de las pousadas de O Salnés se disparó de nueve a más de veinte millones de euros y, aún así, las deficiencias en las instalaciones eran múltiples, explicó ayer la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, en un comunicado remitido después de hacer entrega al grupo Hotusa de las de A Lanzada y Armenteira y de pagar seguros, electricidad o gestionar licencias municipales de ocupación.

La institución provincial subraya que para autorizar la apertura de estas dos primeras instalaciones hosteleras ha precisado desembolsar una importante cantidad en diversas materias y revela que debido al sobrecoste de los proyectos "en la cuenta dedicada a las pousadas solo quedaban 861 euros".

Ante tal situación, calificada de "abandono" por el actual gobierno, se hizo necesario "crear un grupo de trabajo con la empresa concesionaria" para resolver las incontables deficiencias observadas.

En este sentido explican que en dos meses "se contrató el seguro para las instalaciones por importe de 13.000 euros, se pagaron las facturas eléctricas pendientes de más de 6.000 euros, se dotó a la pousada de Meaño de un transformador, se contrató la vigilancia de los cuatro edificios por 30.000 euros y se agilizó la concesión de licencias de ocupación y turísticas".

Agregan que en estos momentos la de Armenteira ya disponde de licencia y en Ribadumia se pagaron 31.000 euros de tasas mientras que en A Lanzada se pudo completar la documentación solicitada por el Ayuntamiento para finalizar su tramitación.

En el gobierno de Silva subrayan que en poco más de dos meses "se hizo más trabajo que en los seis años anteriores de Louzán" a quien atribuyen la creación de un problema porque a su juicio estuvo todo "mal gestionado y de forma ruinosa". Y añaden que fue tan ruinoso que sobre un presupuesto inicial de nueve millones de euros, de los que más de seis y medio proceden de la Unión Europea, "cuando llega el nuevo gobierno en julio de 2015 se encuentra que se habían gastado 20.118.279 euros". "El presupuesto inicial casi se triplica y la inversión de la Diputación se multiplicó por cinco, sin contar con los pagos pendientes que se tuvieron que realizar a última hora", añade.

Por este motivo, en la Diputación consideran que existen "posibles irregularidades" en este proyecto "que ya fueron objeto de preguntas parlamentarias en Europa en 2013 y de denuncia en la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude, en 2014".

Con todo, ayer viernes, ha sido posible la firma del convenio con la adjudicataria del acta de inicio de explotación en dos de las cuatro pousadas: A Lanzada y Armenteira lo que fue posible, matizan, "una vez que fue preparada toda la documentación, hechas las reparaciones y con las licencias en regla".

En este sentido indican que en solo siete meses "se dan las condiciones para la explotación de estas dos pousadas después de un expediente que nació en 2009 y que se convirtió en un saco sin fondo de dinero público". Agregan que la pousada de Ribadumia tiene todavía graves problemas a resolver.