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La familia Asorey estrena su servicio de certificación de obras con el Museo de Lugo

La Diputación le pidió que avalase la autoría de un Sagrado Corazón que hay en un cementerio -Los descendientes recibieron también una talla que no pueden autentificar

Un busto de Asorey, en la exposición del pazo de Torrado de 2014. // Iñaki Abella

La asociación Asorey, liderada por un hijo y una nieta del escultor de Cambados han puesto en marcha un servicio de certificación de la autoría de obras. Y uno de sus primeros clientes ha sido el Museo Provincial de Lugo, que es propiedad de la Diputación, y que junto al de Pontevedra pasa por ser uno de los más importantes de su género en España.

La Diputación adquirió en su día una escultura de un Sagrado Corazón que se encuentra en un panteón del cementerio parroquial de la ciudad de la Muralla. El ente provincial se puso entonces en contacto con la asociación Asorey para verificar que la pieza, de mármol, fuese del artista cambadés.

El secretario del colectivo cultural, Vicente Pérez, explica que la potestad de emitir un certificado de autenticidad de la autoría de una obra determinada compete en primer lugar al creador, y si éste ya ha fallecido, como es el caso, en los actuales responsables de la propiedad intelectual, que son sus descendientes.

Para cotejar si una obra es de Asorey o no, la asociación revisa concienzudamente la documentación que puedan aportar los actuales destinatarios, así como la que esté en poder suyo, como anotaciones del artista en poder de la familia, inventarios, recibos de pago o fotografías antiguas. Además, cuentan con la colaboración de varios profesores de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidade de Santiago de Compostela, que dicen a su vez si la obra puede ser o no de Asorey según la técnica o el material empleado.

"Hay ocasiones en que podemos certificar que una obra determinada la hizo Asorey -explica Vicente Pérez- y otras en las que no lo podemos hacer. No es que le aseguremos a nadie que la obra no es de Asorey, sino que lo que ocurre es que no estamos seguros, y al no poder acreditar la autoría tampoco podemos emitir el certificado".

El secretario de la entidad apunta que hasta el momento requirieron sus servicios el Museo de Lugo y tres particulares. En dos casos (el de Lugo uno de ellos) el resultado fue favorable. Pero no ocurrió lo mismo con una misma talla de madera que le presentó primero un marchante de arte de Santiago y posteriormente un coleccionista de Pontevedra. "Se trata de una talla de madera, pero no la podemos certificar, puesto que no la tenemos inventariada, ni se dispone de documentación sobre ella". Según explica Vicente Pérez, este servicio es útil para aquellas personas que quieran vender o comprar piezas de Asorey, y que deseen contar "con la seguridad jurídica y económica" de que éstas son auténticas.

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