En el municipio de Meaño si el San Amaro era el protagonista del primer mes del año en este de febrero quien le toma el relevo es San Blas de Simes que se celebra mañana miércoles. Lo hará con misas rezadas a cada hora entre 9 de la mañana y 12 del mediodía, celebrándose a las 13 horas la solemne que estará cantada por la coral parroquial San Miguel de Lores.
El grupo de gaitas de la cultural Penaguda de Dena amenizará la romería desde el atrio de la vieja iglesia románica de Simes donde iterpretará varias piezas de su repertorio durante la mañana. Por la tarde las misas rezadas se repetirán en horarios de 18, 19 y 20 horas.
Se trata de una celebración con carácter únicamente religioso, pero que atrae a Simes a devotos de toda la comarca para rendir culto a este santo armenio del siglo IV, médico y obispo de Sebaste.
San Blas está considerado, según la tradición, abogado de los males de garganta por cuanto, según se refiere en la leyenda, salvó a un niño de morir ahogado por una espina de pescado que se había clavado en su garganta.
Otras tradiciones vinculadas al santo se han recuperado en Simes en los últimos años. Así se repartirán entre los devotos más de 1.000 panecillos bendecidos de San Blas, considerado de efecto sanador sobre la garganta para quien lo come con devoción al santo.
La iniciativa fue instaurada el pasado año por el cura párroco Juan Ventura Martínez, siguiendo la tradición de otros lugares donde se honra al santo. En aquella edición se repartieran 500 de estos panes, pero como quiera que a media mañana ya empezaban a escasear, el párroco decidió doblar y repartir este año la cifra de 1.000 panecillos entre los fieles.
También será la ocasión de los devotos de poder besar la reliquia del santo que se conserva en un cofre de latón dorado al que se rendirá tributo al término de cada una de las misas.
La citada tradición fue recuperada en 2014 por el cura párroco que encontró la reliquia de San Blas guardada en un cajón de la vieja cómoda de la rectoral cuando se hizo cargo de la parroquia en el verano de 2013, y que apareció junto con otras dos de San Antonio y San Roque.
Un relicario el de de San Blas que conserva un sello original de autentificación de Roma que data del año 1918.
El párroco lo mandó limpiar cuidadosamente y lo presentó de nuevo a los devotos en la celebración de 2014 recuperando así una tradición que, según recuerdan los vecinos, en los años 40 del pasado siglo ponía en práctica el párroco Valentín Caramés Giadás, natural de Cerdedo, quien daba a besar el relicario de San Blas al final de cada misa de novena y cada liturgia el día del santo.
Y la tercera de las tradiciones consiste en alargar el recorrido de la procesión, que en los últimos años solo daba una vuelta a la iglesia, pero que en esta ocasión recuperará un trayecto más largo como se hacía en tiempos y años pretéritos.
