Tras el varapalo -esperado- que el ejecutivo de Vilagarcía recibió por parte de la oposición en su intento de sacar adelante los presupuestos de 2016 en el pleno del pasado jueves, el equipo de Alberto Varela llevará hoy el documento a junta de gobierno, por tanto se aprobará de forma unilateral, sin consenso. La nueva ley de administración local permite a los concellos recurrir a esta fórmula para evitar que los gobiernos en minoría, como es el caso del vilagarciano, tengan bloqueado el documento económico al no llegar a acuerdos con la oposición.

El alcalde, Alberto Varela, asegura que las cuentas que se aprobarán hoy "son las mismas que se llevaron a pleno", es decir, que los socialistas mantienen las aportaciones de BNG y Esquerda Unida pese a que ambas formaciones votaron en la sesión plenaria en contra del presupuesto. Así, el regidor vilagarciano niega los posibles cambios en el documento de los que advertía el portavoz del PP, Tomás Fole.

A raíz de las propuestas de la oposición, el gobierno local incrementa en 55.000 euros la partida para la promoción del empleo, lo que le permitirá crear un plan municipal de estímulo de la contratación y mantener las ayudas a los emprendedores.

También a petición del BNG el ejecutivo local refuerza la partida prevista para planes de compostaje con 3.000 euros más y suma a la cuantía inicial para normalización lingüística 8.000 euros. También se retocan las cantidades para actuaciones en el medio rural y mejoras en los centros socioculturales con 45.000 euros más.

En cuanto al dinero destinado al deficitario saneamiento de la ciudad, se incrementa en 70.000 euros.

Pero estas incorporaciones no fueron suficientes para los ediles nacionalistas, que en base a la decisión de la organización del BNG, votaron en el pleno en contra del presupuesto. No obstante, sí permitieron la aprobación de la modificación de crédito de 1,1 millones de euros para destinar a inversiones como la plaza de abastos o la reforma del gimnasio del gimansio de Rubiáns.