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Fomento insta a investigar la forma ideal de transportar a bordo las cargas de mejillón

Los técnicos consideran que una de las razones por las que se hundió el bateeiro de Cabo de Cruz fue el corrimiento del producto o la maquinaria, y la consecuente escora

Un barco bateeiro trabaja en la ría de Arousa. // Iñaki Abella

El informe de la comisión del Ministerio de Fomento que investigó el hundimiento del "Paquito Número 2" es demoledor. Tal y como avanzó ayer FARO, los técnicos han detectado numerosos fallos graves de seguridad en la travesía del bateeiro de Cabo de Cruz, que naufragó frente a Corrubedo a mediados de diciembre de 2014, accidente en el que murieron los tres tripulantes. La investigación de la comisión tiene como finalidad principal la prevención de futuros accidentes, de ahí que en su apartado final, los técnicos insten a la administración pública a estudiar en profundidad el comportamiento de las cargas con que suelen trabajar los barcos de batea, como cuerdas, mejillón a granel o tolvas.

El informe apunta que "la CIAIM (Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos) ha encontrado dificultades para estudiar la carga de mejillón. Por ejemplo, en cargamentos a granel de este tipo se desconoce cuál sería su ángulo de reposo, su factor de estiba o las formas ideales de compartimentado y enrasado que cabría adoptar para su transporte a granel sobre cubierta". "Por todo ello -añaden los peritos dependientes del Ministerio de Fomento- sería muy interesante que administraciones e instituciones de investigación en el ámbito marítimo-pesquero promoviesen estudios concretos sobre estas materias".

Los técnicos consideran que el "Paquito Número 2" pudo hundirse debido a una concatenación de factores, como la mala situación del mar frente a Corrubedo; el hecho de que la tripulación llevase la carga y la maquinaria de trabajo sin "trincar", así como una portezuela de acceso a la sala de máquinas abierta; o el inadecuado diseño del barco para navegar fuera de las rías. Así, creen que la eventual escora que derivó en la posterior zozobra pudo deberse a un corrimiento de la carga, ya fuese producido por sí solo o por la llegada de alguna ola que desestabilizase antes el buque. De ahí que hacia el final de su trabajo dediquen un capítulo entero a recomendaciones de seguridad para este tipo de embarcaciones auxiliares.

Así las cosas, los técnicos "recomiendan a las empresas armadoras que refuercen la cultura de la seguridad, en un sentido amplio, a bordo de sus buques y de sus estructuras en tierra", consejo que hacen extensivo a los tripulantes.

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