Los vecinos, deportistas y peregrinos que recorrieron este fin de semana la Ruta da Pedra e da Auga se encontraron con un paisaje dantesco. Más de 30 farolas de madera han sido arrancadas de cuajo de la tierra y en algunos casos arrojadas al río. Se trata de una de las acciones de este tipo más graves registradas hasta ahora en esta ruta de senderismo, la más importante y conocida de O Salnés. Pero no es la primera. Tanto el alcalde de Ribadumia, David Castro, como el concejal de la parroquia de San Martiño de Meis, Jairo Paz, señalan que este tipo de acciones se repiten con cierta frecuencia.
Así, el regidor de Ribadumia afirma que "en los últimos meses ya se han producido otras veces más daños de ese tipo. Hemos presentado ya alguna denuncia en la Guardia Civil, solicitando una mayor vigilancia". Jairo Paz, por su parte, recuerda que hace unos años los vándalos se habían cebado con las figuras de piedra de la Aldea Labrega, pero que por mucho que se insista ante la Guardia Civil para que tenga mayor presencia en la zona no es fácil evitar los ataques. "Es un sitio muy grande y difícil de controlar porque tiene varias entradas y salidas", plantea.
Los daños se produjeron supuestamente en la madrugada del viernes para el sábado, y se localizan en la primera parte del sendero, entre la conocida como rotonda de Os Castaños y el área recreativa de la Aldea Labrega. La acción afecta por lo tanto a los municipios de Ribadumia y Meis, y se ha producido en el tramo del camino más accesible para llegar a él caminando, pues se puede aparcar el coche relativamente cerca de los lugares donde aparecieron las farolas tiradas, ya sea en la explanada donde está la oficina de turismo de Ribadumia o en la existente después de la carretera que sube hasta Armenteira. Es por lo tanto el tramo de sendero más frecuentado por los vecinos, de ahí que muchos aprovechasen el buen tiempo de ayer para dar un paseo y no ocultasen su indignación por estos destrozos, que ahora habrá que reparar con fondos públicos.
Según cómputos provisionales, hay más de 30 farolas arrancadas, y también han aparecido al menos dos fuertemente inclinadas. Los gamberros apenas han respetado media docena de postes en ese tramo, de unos tres kilómetros de longitud. En algunos casos, los autores de los hechos no se contentaron con romper las luminarias, sino que incluso las tiraron al agua. En la parte de Ribadumia también se han detectado desperfectos en el vallado de madera.
David Castro lamenta esta acción contra un bien público, y explica que a lo largo de esta mañana realizará una inspección por la zona con los técnicos municipales para realizar una valoración más concreta de lo sucedido. En el caso del Ayuntamiento de Meis, que fue el más afectado, Jairo Paz sostiene que en algunos casos la acción de los vándalos se pudo ver facilitada por el hecho de que había algunos postes prácticamente podridos. El gobierno de Meis decidirá esta mañana las medidas a tomar.
Por otra parte, las intensas precipitaciones de principios de enero provocaron un aumento del caudal del río Armenteira, afluente del Umia por donde discurre la Ruta da Pedra e da Auga. Eso generó a su vez daños importantes en el sendero, en el que se han formado surcos muy hondos, que hacen el camino difícilmente transitable para los ciclistas. Sobre esto, la teniente de alcalde de Meis, Ofelia Barral apunta que cuando mejore el tiempo se hará un repaso más exhaustivo del camino.
