A la espera de ejecutar futuras actuaciones proyectadas por el anterior gobierno grovense, puede decirse que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha completado la transformación y valorización paisajística y natural de Punta Moreiras.

Esta pequeña península convertida durante la última década en uno de los rincones más importantes para el turismo dentro de la localidad meca ha experimentado un cambio radical que permite recorrerla con comodidad y tranquilidad para disfrutar de las vistas sobre la ría de Arousa y la ensenada que comparten Moreiras y Meloxo.

Pero también para acercarse al Acuario de O Grove, a la Aldea Marinera -formada por medio centenar de esculturas- y al Museo de la Pesca y la Salazón, tres de los elementos más característicos de este espacio natural.

La gestiones efectuadas durante el anterior mandato por el exalcalde Miguel Ángel Pérez llevaron al Estado central, a través de Costas, realizar actuaciones de mantenimiento del dominio público marítimo terrestre que, a la postre, han propiciado esta transformación de Moreiras.

A modo de ejemplo, por ser la última de las actuaciones llevadas a cabo, puede citarse la conexión entre Punta Moreiras y la playa de Area das Pipas, de bandera azul. Se ha hecho realidad mediante un tramo de senda peatonal de 345 metros elaborado mediante zahorra compactada y dotado de bordillos de madera. Incluye una pasarela de madera con barandilla a fin de completar las sendas realizadas anteriormente por el propio servicio de Costas al otro lado de la península de Moreiras.

Este último paseo, entre la Aldea Marinera y la playa de As Pipas, contó con un presupuesto de licitación de 48.902 euros y permite, a la postre, recorrer a pie todo este espacio natural y cultural a través de cómodos senderos.

Hay que recordar que ya el año pasado, atendiendo a "las distintas contingencias que surgen en el litoral que no se encuentran recogidas en proyectos previos, pero sí tienen cabida en el contrato de mantenimiento", Costas ya ejecutó una senda peatonal de dos metros de ancho y una longitud de 340 metros -dotada con 20 metros de pasarela de madera para sortear un tramo rocoso- que permite llegar desde el espacio museístico hasta el fondo o saco de la ensenada. Esa actuación finaliza en una pequeña área de descanso y costó 38.000 euros.

Tal actuación se complementó con otro proyecto de vital importancia para la zona, como fue la construcción de una pasarela peatonal para salvar la ensenada. Este puente sobre pilotes de 35 metros de largo que costó 60.000 euros permite llegar desde Moreiras al sendero también de nueva creación en Monte da Serpe.