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Los vecinos reclaman protección ante los desprendimientos en inmuebles ruinosos

- La caída de trozos de fachadas y balcones sobre las aceras preocupa a los peatones - Colocaron vallas metálicas de protección, pero los paseantes las creen insuficientes

Uno de los balcones semiderruidos y las vallas colocadas, supuestamente por precaución. // Muñiz

Los vecinos del Concello de O Grove están preocupados por los desprendimientos de todo tipo de objetos contundentes procedentes de inmuebles en estado ruinoso. En los últimos días se han desplomado sobre las aceras y la calzada trozos de paredes, tejados e incluso balcones, y todo en pleno centro urbano.

Sucede en la calle de Luis Seoane, y el episodio recuerda mucho a otros vividos con anterioridad tanto en la calle de Luis A. Mestre como en otros puntos del municipio.

La preocupación es la misma en todos los casos, pues los vecinos temen que alguno de esos objetos que se desprenden en ocasiones puedan alcanzar a alguien, ya que eso puede tener consecuencias dramáticas.

En relación con los casos detectados en Luis Seoane, en un tramo de apenas treinta metros, hay que destacar que se colocaron vallas de protección o señalización, pero se antoja una medida claramente insuficiente, ya que no evitan que la caída de trozos de la estructura de las casas pueda alcanzar tanto a los paseantes como a los vehículos.

"Esas vallas no sirven absolutamente de nada, por lo que hay que pedir al Ayuntamiento que solucione esto de inmediato, antes de que tengamos que lamentar una desgracia", proclamaba ayer un comerciante de la zona.

Lo cierto es que en una de las viviendas que presentan este acusado estado de deterioro se observa como dispone de una balconada que ya se ha desprendido prácticamente por la mitad. Y el trozo que todavía queda en pie está suelto, pendiente de precipitarse al vacío en cualquier momento.

Dicen los vecinos de la zona que por la estrechez de esta calle, tantas veces motivo de polémica, ese tipo de balconadas sufrieron importantes daños a causa del paso de camiones, tanto de recogida de basura como de bomberos, ya que esos vehículos pueden llegar a tropezar con los salientes de las fachadas y destruirlos.

"Lo peor de todo es que con estos temporales de viento y lluvia la desgracia está a la vuelta de la esquina", manifiesta un vecino meco que no da crédito al estado en que se encuentran dichos inmuebles.

Hay que insistir en que las viviendas deterioradas se encuentran en el centro de la villa, y en consecuencia se suman a la ya larga y preocupante lista de inmuebles que representan el tan criticado "feísmo", que en buena lógica daña la imagen de un pueblo turístico como este.

"No podemos consentir que se proyecte esta imagen de O Grove al exterior, ya que da la sensación de que estamos sumidos en un absoluto abandono", esgrime un hostelero de la villa.

También puede recordarse que la calle de Luis Seoane fue una de las apuestas personales del actual alcalde, Antonio Cacabelos, en su anterior mandato. Se empeñó en convertirla en peatonal y el Concello invirtió mucho dinero en ello. Al mandato siguiente, con el conservador Miguel Pérez al frente del Concello, volvió a gastarse mucho dinero, pero para reparar los daños causados por el paso de vehículos, ya que la peatonalización nunca llegó a producirse. Cacabelos consideraba a Luis Seoane una calle clave para la humanización del centro urbano y el fomento del comercio local.

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