Vilagarcía se inunda por segunda vez en los quince días que llevamos de 2016. Los locales comerciales y hosteleros de la céntrica calle Rey Daviña fueron los más afectados, así como también la Casa da Cultura y la sala de exposiciones Rivas Briones. Ya fuera de la milla de oro vilagarciana, el otro punto donde mayores problemas se registraron fue la residencia de mayores Divina Pastora, con el sótano completamente anegado, pues el agua y el barro que entraron por la parte trasera del asilo alcanzaron los 40 centímetros de altura y obligaron a todo el personal de guardia a remangarse para achicar las instalaciones durante toda la noche. En esa planta se encuentra la lavandería, el tanatorio y el almacén. "Acabamos cerca de las doce del mediodía. De los tres ascensores que tenemos, solo funcionaba uno, por lo que se retrasó un poco el desayuno para los residentes, pero pudimos solventar el problema", apunta la administradora de la residencia.

La intensa tromba caída de madrugada comenzó a dejar sus primeros desperfectos sobre las tres de la madrugada. A esa hora la calle Rey Daviña ya se había convertido en una auténtica piscina. "Teníamos que abrir a las 9,30 y no pudimos hasta las 13 horas", comentan desde el Derby, uno de los negocios hosteleros afectados. Como ya han sufrido riadas en incontables ocasiones, disponen de unas bombas de achique que ayudaron a minimizar los daños. Aún así, la parte baja del local se inundó y el agua entró en la nevera, estropeando la carne que allí se almacenaba.

Por la mañana, la imagen que ofrecía Rey Daviña era la de un auténtico zafarrancho de limpieza, con las alfombras y felpudos en la calle para que se secasen y así poder evacuar el agua del interior. En un establecimiento de una cadena textil los desperfectos fueron importantes, pues "se mojó toda la ropa de la entrada", la zona donde el agua alcanzó una mayor altura. En el resto de la tienda llegó a los 5 centímetros. "A las tres de la mañana saltó la alarma y me llamaron de Seguridad, entonces ya nos vinimos para aquí", comenta la encargada del comercio.

En un establecimiento cercano de ropa deportiva las dependientes tuvieron que retirar del suelo todas las cajas de zapatillas, pues resultaron empapadas, así como también los bajos de los pantalones de chándal separados por escasos centímetros del suelo. "No pudimos contactar con la central en toda la mañana y el teléfono no funciona porque se mojaron los cables", relataba una trabajadora de la tienda.

Las inundaciones de la madrugada de ayer también averiaron más aparatos electrónicos. En la inmobiliaria Alcôm, ubicada en la esquina entre Praza de Galicia y Conde Vallellano, a las dos de la tarde las empleadas todavía no habían logrado encender el ordenador, y tampoco tenían la certeza de que lo fuesen a conseguir debido a la inundación.

La papelería contigua, el estanco y la tienda de telefonía móvil de la Praza de Galicia también se anegaron, al igual que Mo-Bu, la tienda de deportes emplazada entre Conde Vallellano y A Baldosa. "Hace quince días llamamos para que nos limpiasen las arquetas y por aquí no vino nadie", se quejan desde este establecimiento donde el agua cubrió todo el suelo, tanto de la superficie de venta como del almacén. "De desperfectos tenemos unas pocas mallas mojadas, pero afortunadamente no tenemos que lamentar una gran pérdida de mercancía", respiran las dependientas, que se encontraron con la inundación cuando se disponían a abrir el comercio, a las diez de la mañana. Tuvieron que vaciar todo el almacén, sacando el stock a la calle para empezar a limpiar.

También desde Relojes Villagarcía denuncian la falta de limpieza de las arquetas de la vía pública. En el caso de este establecimiento, sito en Rey Daviña, el agua llegó a los 15 centímetros y afectó al mobiliario de madera, así como a despertadores y algunos relojes.

Tanto este como los demás comercios de la calle peatonal recibieron ayer a mediodía la visita de un perito del Consorcio de Compensación de Seguros para informarles de los trámites a realizar para reclamar una indemnización por los desperfectos provocados por las inundaciones. El experto recomendó a los establecimientos realizar fotos de todos los daños y enviarlas al organismo. La previsión es que hoy ya esté elaborado el informe.

En la Casa da Cultura los desperfectos fueron mínimos, pues solo quedaron inservibles unos cuentos de la sección infantil, emplazada en la entrada del edificio. El hueco del ascensor se inundó por completo, por lo que el elevador quedó inoperativo. El agua también entró a la sala Rivas Briones, si bien se pudieron salvar intactas todas las obras.

Algunos afectados por estas inundaciones echaron en falta la presencia del Servicio de Emergencias y Protección Civil. Desde la agrupación explican que en estos casos las llamadas se producen de forma simultánea y que se reforzó el servicio con dos dotaciones más para poder atenderlas todas lo antes posible.