Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

María José Lorenzo: "Los ataques en las redes sociales pueden compararse a la violencia de género"

"Mientras no se actúe con contundencia habrá mucho cobarde que se dedique a insultar"

María José Lorenzo. // FdV

La periodista pontecesureña María José Lorenzo se siente víctima de eso que en términos policiales llaman ciberacoso, que tristemente está cada vez más de moda. Y es que entendido como el uso de información electrónica, redes sociales, blogs o mensajería para difamar y perseguir a un individuo o grupo no es algo que solo suponga una amenaza para los niños que empiezan a manejar las nuevas tecnologías. Nadie está a salvo de esta amenaza en creciente expansión que puede tener consecuencias muy graves y constituye una forma delictiva que suelen practicar, sobre todo, personas que de forma anónima y cobarde se consideran amparadas por un falso concepto de libertad de expresión. A ella, con 56 años y una dilatada trayectoria profesional a sus espaldas, también la acosan en la red, o al menos eso es lo que trata de demostrar, de ahí que decidiera denunciar su caso a modo de llamamiento a la cordura y, sobre todo, como toque de atención para que las altas instancias políticas, policiales y judiciales reaccionen con contundencia.

- Usted ha presentado varias denuncias, tanto en la Guardia Civil como en el Juzgado, porque se siente acosada en las redes sociales. En su poder, al igual que otras muchas personas en su misma situación, tiene todo tipo de documentación que acredita fielmente los insultos, amenazas y desprecios que ha sufrido ¿Cómo empezó todo?

-Pues de la forma más inocente que pueda imaginar. Como vivo en Madrid desde hace cuarenta años me apetecía crear una página en Facebook para poder hablar de mi pueblo natal. Creé el grupo "Xente de Pontecesures", y ahí empezaron a surgir los problemas. Mi intención era, y sigue siendo, hacer historia de mi pueblo, que los seguidores de la página contaran anécdotas, colgar fotografías y hablar sobre actualidad, en la que lógicamente tiene cabida la crítica política, pero siempre desde el respeto. Pero esto enfadó a mucha gente que empezó a considerarme como una "listilla". Un día usé una foto de la capilla que está en el cementerio de San Xulián y alguien escribió un comentario diciendo que es un sitio bonito, a lo que respondí que es una pena que no esté bien señalizada para poder visitarla. Ahí empezaron a decirme que siempre me estoy quejando, y eso pasaron a los insultos y descalificaciones personales y familiares, tanto a nivel personal como físico.

- Y por lo que pudo verse en la página eso fue a más...

-Claro que si, hasta alcanzar niveles insospechados. Uno escribió: "O día que te vexa vou a darche unha hostia coa man aberta". Dejé pasar el tiempo hasta que apareció un iluminado que creó la página "Eu tamén lle daría unha hostia coa man aberta", y a partir de ahí los ataques fueron feroces y las críticas, bestiales. Ya me conozco la vida de todo el mundo y hay un señor de Moaña casado con una vasca que tiene una tienda en Pontecesures que creó la página con un perfil falso. Hay otro que es un auténtico loco que entró en esa página diciendo auténticas barbaridades sobre mi, mi madre y mi familia, sin importarle los muertos e incluso hablando de exhumación de cadáveres. Por eso aunque había puesto una denuncia previa al primero que me amenazó, lo que hice fue ampliarla para que castiguen a este descerebrado, y si puedo voy a pedir penas de cárcel.

- Parece que eso de presentar las denuncias tampoco le resultó sencillo.

-En absoluto. Tras la primera el denunciado llegó a contar que el guardia civil se rió mucho de mi, quizás porque hay un vacío legal total en delitos cibernéticos y desconoce completamente lo graves que pueden resultar. Viendo que no recogieron la denuncia correctamente fui directamente a Caldas y la Guardia Civil me recomendó acudir a la Comandancia de Pontevedra, donde sí existe un departamento que se dedica a delitos telemáticos. Fue allí donde me recomendaron acudir al juzgado con todas las capturas de pantalla que había realizado y demás pruebas. Hasta que fui desarrollando la denuncia y aportando comentarios, amenazas diarias y demás es como si no me hicieran caso o no tuviera importancia lo que me estaba sucediendo.

- Hay mucha gente conocida en esa página en la que amenazan con pegarle.

- Así es. Y me parece demencial que la exalcaldesa, la alcaldesa actual y los miembros de su gobierno y de la oposición formen parte de los seguidores de la misma, pues de alguna manera lo que están haciendo es apoyar la violencia y a quienes apuestan por golpear a una mujer. Incluso estuvo una agente de la Policía Local que se atrevía a comentar con total alegría, también descalificándome.

- A muchos puede parecerles que todo esto carece de relevancia.

- En el fondo es todo una catetada, pero evidentemente me afecta, a mi y a los que me quieren. Por eso quiero llegar hasta el final e incluso que se establezca jurisprudencia para acabar con estas situaciones.

- ¿Qué cree que hay que hacer?

- Hay que instruir a las fuerzas de seguridad para que sepan cómo actuar. Al igual que hacen cursos de defensa personal tienen que hacerlos centrados exclusivamente en Internet, porque son delitos que imperan y que van a más. En los juzgados hay que crear departamentos de investigación relacionados con las nueva tecnologías. En las escuelas y las familias hay que educar. Y en los bufetes de abogados tienen que especializarse en este tipo de delitos.

-Qué quiere decir?

-Lo que quiero decir es que la gente que empieza a hacer Derecho ahora debe concienciarse de que puede especializarse en la defensa de las víctimas de estos ataques, como debemos concienciarnos los periodistas, la policía, la Justicia y la sociedad en general. Lo que está claro es que hay que actuar con rapidez porque los ataques diarios a través de la redes sociales van a más y pueden llegar a ser una violencia comparable a la violencia de género. Si yo, con mi preparación y madurez, he tenido momentos de rabia, impotencia e incluso miedo, me imagino qué puede sentir una niña de catorce o quince años que tenga a su lado a un loco que la machaca diariamente. Dicho de otro modo, si yo hubiese llegado al cuartel o al juzgado sangrando y con un parte médico esa gente sabría de lo que estoy hablando, pero la violencia de las redes sociales no tiene el mismo trato. Las autoridades tienen que tomar medidas porque no se puede insultar en Internet a nadie, ni siquiera a los políticos. Mientras no exista jurisprudencia y no se actúe con contundencia habrá mucho cobarde que seguirá dedicándose a insultar y amenazar a los demás.

Compartir el artículo

stats