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Javi Solla: "Los niños exigen mucho porque hay que captar su atención de forma permanente"

"El espectáculo es la forma que busqué para no dejar nunca de ser un niño"

Javie Solla durante uno de sus espectáculos. // Iñaki Abella

Su nombre es sinónimo de fiesta segura para cualquier tipo público. Javier Sánchez Solla, que así es su nombre completo, es desde hace años animador profesional de fiestas para colectivos de todas las edades. Con sus coreografías, registros de voz, humor y juegos virtuales interactúa con el público de tal manera que hace bailar, desde moteros, hasta los mayores de un geriátrico, pasando por niños, jóvenes o a los padres, al son de la música que propone.El animador grovense se ha ganado ya un público fiel no solo en Galicia sino que lo demandan desde lugares como tan distantes como Mallorca, Burgos, Valencia o Segovia, entre otros.

- ¿Cuándo se inicia usted como animador musical en fiestas infantiles y otros colectivos?

- Como animador en solitario comencé en 2008, pero ya antes mi vida había estado vinculada a la música sobre los escenarios.

- ¿Es un complemento de otra actividad o vive de lleno para ello?

- Desde el año 1986 vivo de la música y ahora esta faceta de animador es mi profesión. Por eso me preocupo de cada detalle para hacerlo bien, y que a la gente le guste para poder seguir viviendo de ello. Es un privilegio poder vivir haciendo que la gente se lo pase bien.

- ¿Y cómo se decanta por esta alternativa profesional?

- Como le decía mi vida siempre estuvo vinculada a la música hasta el punto de que trabajé 22 anos en el mundo de las verbenas. Fui en su día uno de los fundadores del grupo "La Oca" donde toqué la guitarra y era, digamos, el segundo animador sobre el escenario. En 2000 me tomé un año sabático y en 2001 volví al mundo de la verbena con el grupo "Máster" donde ya ejercía de animador principal, presentador, cantante? Es así que fue naciendo mi vocación hasta que en 2008 me animé a esta experiencia en solitario.

- Cuando se le ve en sus espectáculos demuestra una gran desinhibición. Supongo que usted nunca ha sido tímido.

- ¡Qué va! (risas). Por increíble que parezca en mi vida privada soy tímido, reservado, muy casero y nada amigo de las aglomeraciones. Pero ante el público la timidez creo que la perdí la primera vez que me subí a un escenario.

- Los niños son quizá su público predilecto ¿A qué atribuye esa conexión especial con ellos?

- A que pese a mis años en el fondo sigo siendo un niño. La verdad, siempre encantaron los chavales, me gusta jugar con ellos, formar parte de su mundo? Y como mis hijos ahora ya tienen, uno 18, y otro 21 años, ya no puedo disfrutar de ellos así. Creo que mi manera de seguir siendo un niño es en cierto medida esta del espectáculo.

- Un animador ¿nace o se hace?

- Yo creo que más bien se nace. He conocido a muchos que quieren serlo, pero llega un punto en que no son capaces porque les falta esa intuición que te da la vocación. Un buen animador tiene que estar muy pendiente de las reacciones de la gente, y hay momentos cuando estás interactuando con ella en que debes que tirar de improvisación: es ahí donde aflora ese instinto que conlleva una vocación.

- ¿Cuál es la clave que debe ter presente un buen animador?

- La clave es ponerse en el lugar de a quien estás hablando o a quien estás animando. El registro de voz que utilices, el estar uno mismo animado, es fundamental para transmitir ese ambiente para que el público disfrute. El objetivo de un buen animador no es enseñar lo que sabes ni poner la música que quieres, el objetivo es que la gente se lo pase bien participando de la fiesta.

- Hablando de públicos los suyos son diversos: fiestas de jóvenes, padres, niños, tercera edad? ¿Cuál diría que es el más difícil?

- El más difícil y exigente son los niños, porque siempre tienes que ir por delante de ellos intentando captar su atención en todo momento, porque si no se despistan rápido, quieren ir a jugar y se olvidan. Por eso te exigen un plus de energía y esfuerzo.

- Registros de voz, imitaciones, coreografías, juegos virtuales, humor? ¿En usted existen fuentes de formación o es autodidacta?

- Al nacer para ello, como es mi caso, sueles ser autodidacta. En cambio, los que se hacen buscan asesoramiento, cursos y demás. Pero yo me como el coco en cómo vender cada canción, ver qué pasos puedo trabajar, qué juego pudo quitar de cada canción, siempre pensando en el tipo de público al que va dirigida.

- La gente se entrega a sus espectáculos, pero ¿alguna vez observó que el público no conectaba?

- Al principio sí me tiene pasado. Pero gracias precisamente a que me ha ocurrido ya sé los antídotos y manejo los recursos para que la gente entre de alguna manera. Lógicamente es algo que también da la experiencia. Cierto que ahora aquí me conocen muchos y ya saben que conmigo van a tener fiesta segura, eso es terreno ganado porque el público se predispone ya de forma positiva. Pero cuando viajo fuera de Galicia, donde ya no me conocen, sí tienes que estar atento para tirar de recursos y que la gente se enganche.

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