La Cabalgata de los Reyes Magos en una cita ineludible para los vilagarcianos que ayer desafiaron al frío y a la lluvia para recibir en la calle a Sus Majestades de Oriente. Miles de personas, la mayor parte de ellas preparadas con sombreros, capuchas impermeables y paraguas ocuparon los laterales de las calles por los que estaba previsto el paso de la comitiva.

Melchor, Gaspar y Baltasar no decepcionaron y acudieron puntuales a su cita anual con los vilagarcianos. Tras visitar a los residentes en el asilo de ancianos, se trasladaron al Auditorio Municipal donde tuvieron un encuentro con los niños vestidos de pastorcitos, moros y romanos que estaban preparados para formar parte de la comitiva de la Cabalgata.

En el exterior del recinto estaba, en la avenida da Mariña estaban preparadas ya las carrozas para trasladar a Sus Majestades de Oriente, a su séquito y todos los regalos que portaban.

Al filo de las siete de la tarde la comitiva real comenzó a prepararse para iniciar el recorrido, estando las calles ya abarrotadas de gente. Unos minutos después las bombas de palenque anunciaban el comienzo del recorrido, y en ese momento la lluvia dio por finalizada la tregua y empezó a caer.

Las precipitaciones no fueron obstáculo para que los vilagarcianos cumplieran con su sueño de saludar a los Reyes Magos. Así, la Cabalgata, rodeada de numeroso público comenzó a circular por la avenida da Mariña, Conde Vallellano hasta la Plaza de Galicia, para continuar por la calle Arcebispo Lago y girar en Alexandre Bóveda hacia Alejandro Cerecedo.

La comitiva que acompañaba las carrozas de los Reyes Magos y de los pajes con sus regalos continuó por la calle Doctor Tourón hasta la Plaza de España, frente a la Iglesia Parroquial, para seguir por Edelmiro Trillo, bordear la Plaza de la Independencia y encaminarse hacia el tramo final de Arapiles y atravesar la Plaza de Ravella para encontrarse con el Belén viviente.

Durante todo el recorrido, tanto los Reyes Magos como su séquito, así como los niños y mayores de los grupos participantes en la Cabalgata se encargaron de repartir entre el público caramelos. Sin embargo, la sed de este popular dulce fue más grande que el número de golosinas repartidas y muchos de los asistentes las consideraron escasas.

Melchor, Gaspar y Baltasar hicieron a pie el último tramo de la Plaza de Ravella hasta encontrarse con el Belén y saludar al resto de los vilagarcianos que estaban esperando en las inmediaciones de la casa consistorial. Su primera sesión de trabajo no acabó allí, porque posteriormente subieron al salón noble del Concello y recibieron a todos los niños que hacían cola para saludarlos y contarles personalmente sus peticiones.