Para los miembros de una mesa electoral hay muchas cosas que le pueden amargar el día... o por lo menos la noche de la jornada electoral. Y una de ellas es que aparezca en la urna una papeleta de más. Porque entonces hay que llamar a la Junta Electoral, esperar instrucciones y, como mal menor, repetir el recuento para verificar que en efecto alguien depositó dos votos en vez de uno y, si es así, exponerse a que alguna formación política presente una impugnación.

Eso es lo que ocurrió en una de las mesas electorales de Armenteira, en Meis. La portavoz socialista en este municipio, Marta Giráldez, afirma que fueron los interventores de los partidos quienes vieron que una persona introducía dos sobres en la urna del Congreso. "Entonces avisaron a la presidenta de la mesa, que ni siquiera se había dado cuenta. Ella llamó a la Junta Electoral, y allí le ordenaron continuar con la jornada de votaciones".

Posteriormente, un representante del PP sugirió como posibilidad destruir un voto elegido al azar en cuanto se abriese la urna, a las 20 horas, e iniciar después el recuento como si no hubiese pasado nada, pero los socialistas se negaron a esta posibilidad e impugnaron la mesa en el mismo acta. "Nosotros creemos que fue una gracia que no tuvo ninguna gracia", afirma Giráldez haciendo un juego de palabras. Es más, apunta que la ley incluso prevé penas de multa y hasta prisión para quien deposite a sabiendas más de un voto. Se da la circunstancia de que el PP arrolló a todos sus rivales en Armenteira, con 309 sufragios, por 73 del PSOE, 42 En Marea, 38 Ciudadanos, y 16 Nós.

Pero esta anomalía de Armenteira es más habitual. De hecho, el domingo apareció un voto de más también en una mesa de Oubiña y A Modia (Cambados). Otras consultas que llegaron a la Junta Electoral el domingo fueron por un voto para los candidatos socialistas al Senado que apareció en Castrelo (Cambados), pero en el que las "x" no estaban dentro de los recuadros, sino al lado, por lo que inicialmente no se tuvo por válido. Asimismo, los responsables de una mesa del colegio Antonio Magariños llamaron porque se dieron cuenta de que había votado una mujer que no estaba en el censo electoral.

Así, con estas dificultades que surgen en ocasiones a lo largo de la jornada, no es de extrañar que en algunas mesas tengan que estar recontando hasta altas horas de la madrugada, como ocurrió en una de Baión (Vilanova), donde terminaron la jornada a las 2 de la madrugada de ayer lunes.

Por lo demás, la jornada fue pródiga en anécdotas. En el Torre de A Illa había dos mesas, y sus seis integrantes eran mujeres; hubo padres que fueron con sus hijos y que les dejaron meter a ellos el sobre; y hasta hubo quien fue con un atuendo muy navideño.