Con 70 metros de eslora y 12 de manga, el buque oceanográfico "Miguel Oliver" llama poderosamente la atención. Estos días puede verse en la ría de Arousa, y sobre todo en el puerto de Vilagarcía, donde a muchos ciudadanos ha impresionado desde su llegada, el martes pasado.
Recientemente el "Miguel Oliver", con base en Vigo, desplegó la campaña ARSA 115 para la evaluación de recursos pesqueros en el Golfo de Cádiz, realizando estudios para obtener datos de los índices de abundancia de los recursos demersales, principalmente las especies de interés pesquero, sus patrones de distribución geográfica y las características hidrográficas y sedimentológicas de la zona.
Este buque está dotado con "un equipamiento tecnológico puntero para la navegación y para la investigación pesquera y oceanográfica", destacan en el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, donde además concretan que "alberga tres radares, tres ecosondas y seis laboratorios, además de un sofisticado sistema de posicionamiento y de navegación".
Se trata, asimismo, "del primer barco español que cumple la normativa ICES 209 sobre emisión de ruidos y vibraciones al agua en barcos de investigación, siendo calificado como buque ecológico y silencioso por la sociedad de clasificación Bureau Veritas, que supervisó su construcción".
El trabajo de esta nave resulta esencial para la Secretaría General de Pesca en cuanto a investigación de las características del fondo marino, "con objeto de poder disponer de una cartografía batimétrica de alta precisión, con la mayor información posible sobre bionomía bentónica e identificación de las calidades de fondo y su distribución".
Fruto de estas investigaciones, iniciadas en 1999, es posible obtener información de aplicación en diferentes proyectos "y obras de ingeniería, proporcionando una herramienta de gestión y apoyo".
En el Gobierno central argumentan que, por ejemplo, "este cartografiado marino ha permitido la exploración de más de diez millones de hectáreas de plataforma y margen continental, convirtiendo a España en uno de los países con mayor conocimiento de sus fondos, además de ser referencia en el campo de la cartografía marina".
Como se explicó en otras ocasiones, este barco también se utiliza para evaluar la mayor o menor abundancia, distribución y características de especies pelágicas -sardina, caballa, anchoa y lirio, entre otras- en aguas de Galicia y el Cantábrico.
En este caso se utilizan métodos acústicos de ecointegración, que permiten determinar el número de peces detectados por la sonda. Los equipos van detectando los bancos de peces y se toman datos de temperatura y salinidad, así como del número de huevos, o de la riqueza del fitoplancton. Esta información se complementa con la observación de mamíferos y aves marinas.
