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El elevado coste arqueológico · Asentamientos en O Salnés y Ullán

Los yacimientos castrexos claman por una puesta al día

- Recuperar la espectacular muralla del recinto de Besomaño precisa de unos 300.000 euros a mayores - Los planes de la Diputación parten de la restauración de las estructuras que se excavaron con anterioridad

Vista general del yacimiento de Besomaño, en Ribadumia, después de tres años de intervenciones arqueológicas en las que se desubrieron importantes vestigios celtas y romanos. // Iñaki Abella

El elevado coste de la reconstrucción de la muralla del castro de Besomaño (Ribadumia) ha frenado el ambicioso proyecto de puesta en valor de uno de los espacios castrexos rurales que tantas sorpresas ha deparado en sus tres etapas de excavación arqueológica.

Las labores realizadas han permitido sacar a la luz una veintena de cabañas celtas, una singular y única casa-patio en el Noroeste y otras dependencias de alto interés para los investigadores. Se trata de una urbe de la Edad de Hierro, aunque las primeras estructuras arquitectónicas se remontan al siglo VI antes de Cristo y que se mantuvo hasta el siglo I de la actual Era.

A lo largo de tres años consecutivos de trabajo, los arqueólogos del CSIC, primero, y de la Diputación de Pontevedra, después, descubrieron uno de los elementos más importantes del recinto, pues semienterrada se conserva una muralla de más de 80 metros lineales, con un grosor de unos 80 centímetros y que podría superar el metro y medio de altura desde la cota. Reconstruir este elemento en su integridad implica un coste de alrededor de 300.000 euros, unos cien mil euros menos de lo que se ha invertido hasta el momento en la recuperación del poblado.

De ahí que la idea que manejan los técnicos pasa por consolidar tanto los tramos descubiertos del muro y recuperar el volumen en algunas zonas para lograr una cierta apariencia, con lo que se evita la complejidad y el coste excesivo de esta nueva fase.

Tomar esta decisión, sin embargo, ha implicado la paralización temporal del proyecto de recuperación del yacimiento castrexo de Ribadumia, en el que hubo hallazgos muy significativos sobre el modo de vida de aquella civilización a lo largo de seis o siete siglos.

De hecho, el recinto languidece y se deteriora por momentos a pesar de las medidas adoptadas para frenar su deterioro por parte de los técnicos que han instalado un complejo sistema de drenaje, han empleado numerosos rollos de geotextil y colocado sacos terreros como soporte de las zonas más delicadas.

Todas estas medidas tienen como desventaja la mala imagen que proyecta el recinto, y que no deja de ser un revulsivo para quien quiera conocer esta parte de la historia de Galicia en estos momentos.

En la Diputación aseguran que hasta mediados de 2016 no se volverá a actuar sobre la excavación, si bien en los próximos días se procederá a realizar trabajos de mantenimiento, con el fin de que el deterioro no vaya a mayores.

Este tipo de intervenciones de mantenimiento se desarrollarán en todos los castros de la comarca como el de Alobre (Vilagarcía), Adro Vello (O Grove), A Lanzada (Sanxenxo) o Igrexa Vella (Valga).

Los trabajos más ambiciosos se retomarán en el primer semestre de 2016, con cargo al proyecto de recuperación de los yacimientos prerromanos existentes a lo largo y ancho de la provincia.

La actuación consiste básicamente en la restauración de los elementos ya localizados con el fin de que puedan ser admirados por investigadores y el público en general, si se concluyen.

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