Las remuneraciones más comunes para el sustento de un hogar son las correspondientes a los rendimientos del trabajo, pero debido a las elevadas tasas de desempleo con motivo de la crisis, las prestaciones han ido ganando terreno en las economías domésticas. Así, según los datos del Instituto Galego de Estadística (IGE), para un 48% de las familias de O Salnés y de la comarca de Caldas, es decir, casi la mitad, las prestaciones representan más del 50% del dinero que entra en casa, mientras que para un 38% de los hogares suponen más de las tres cuartas partes de la renta mensual. Y lo que es más grave: casi un 30% de las viviendas se mantienen exclusivamente con prestaciones de algún tipo, como por ejemplo el paro, un subsidio u otro tipo de ayuda pública. Esto significa que un total de 15.223 familias viven con este tipo de recursos.
Si comparamos estas cifras con las anteriores al año de la crisis (2008) podemos observar que el porcentaje de núcleos familiares en los que ninguno de sus miembros trabaja ha aumentado en los últimos seis años, pues en 2007 un 20% de los hogares de Caldas y O Salnés se mantenían solamente de prestaciones, frente al 29% de 2013.
Esta tendencia es la que ha experimentado el conjunto de la provincia de Pontevedra y también de Galicia, al pasar de un 24% a un 30% y de un 27% a un 32% respectivamente.
Las comarcas que sufren una peor situación en este sentido son las de Pontevedra Nororiental (Deza, Tabeirós-Terra de Montes, etc.) y Pontevedra sur, ambas con un 35% de familias cuyos ingresos proceden en un 100% de prestaciones.
