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Cativos responde hoy a los padres si siguen con la guardería en noviembre

La escuela infantil acoge una reunión entre la empresa, la dirección del Hospital y los padres afectados -La administración insiste en que el cierre no es responsabilidad suya

Padres afectados por el anunciado cierre de la escuela infantil. // Iñaki Abella

La escuela infantil "Mafalda" acogió a primera hora de la tarde de ayer una reunión crucial para la continuidad del servicio: la empresa concesionaria, Cativos, la dirección del Hospital y los padres afectados celebraron un encuentro al que no se convocó a los medios de comunicación y del que apenas han trascendido detalles, como si las tres partes se comprometiesen a guardar un pacto de silencio.

La Consellería de Sanidade se ha limitado a indicar que estuvo en la reunión para intentar mediar entre la empresa y los padres, y que no tiene responsabilidad alguna en el cierre de la guardería. Cativos, por su parte, asegura que lo único que hicieron fue explicar a los padres que ellos ya avisaron a la Xunta en primavera de que no querían seguir con la guardería este curso, y que desde el 31 de agosto están trabajando porque así se lo pidió la administración autonómica mientras no se resolvía el contrato que se había sacado para encontrar otro concesionario. Y los padres consultados también optan por la discreción.

Aún así, FARO ha podido saber que tanto la Xunta como la empresa se han comprometido con los progenitores a intentar buscar una solución y evitar el cierre de las instalaciones el 31 de octubre, lo que obligaría a los padres de los 13 niños matriculados a buscar una plaza con el curso ya empezado en otro centro público o privado, con el consiguiente trastorno también para los menores.

Una de las posibilidades que al parecer se puso sobre la mesa en la reunión de ayer fue la de que la Xunta de Galicia vuelva a convocar el concurso de gestión, que quedó desierto la primera vez, y que mientras tanto Cativos mantenga abierto el servicio. Al parecer, la firma se ha comprometido hoy a dar una respuesta definitiva a los progenitores.

En la reunión de ayer, además de los padres y de un alto cargo de Cativos, estuvieron un responsable del área de Contratación del Servicio Galego de Saúde (Sergas), y el director general del Hospital do Salnés, Bibiano Fernández Arruti. El encuentro duró un par de horas.

Los padres están muy preocupados, pues el cierre les obligaría a buscar otra plaza a una altura del año en la que la mayoría de los centros, tanto públicos como privados, ya no admiten más niños. Se da la circunstancia de que algunas familias incluso renunciaron a las plazas que se les habían concedido en otros centros.

Varias incógnitas

En todo este proceso se plantean varias incógnitas, que Sanidade ha declinado aclarar pese a que Cativos afirmó el miércoles que la responsabilidad del cierre de la escuela es exclusivamente de la administración.

La empresa Cativos afirma que su concesión terminó el 31 de agosto, y que han seguido trabajando hasta ahora porque la Xunta de Galicia se lo pidió para no dejar a los padres sin servicio mientras no se resolvía el contrato de adjudicación que estaba en marcha. Añade que en primavera les dijeron verbalmente a la Xunta que era posible que dejasen la guardería, aunque la comunicación oficial de la renuncia no se hizo hasta julio.

Queda así por saber con que antelación comunicó su rechazo la empresa, y si el contrato expiraba el 31 de agosto o si lo que concluía en esa fecha era una prórroga y cuál es el plazo mínimo con que debe anunciar el concesionario o la administración que desisten de dicha prórroga.

Sanidade alegó siempre que el cierre de las instalaciones se debe a un problema de "rentabilidad empresarial", y entre tanto Cativos aseguró a media tarde de ayer que todavía no han recibido comunicación oficial alguna del cierre. "Eso nos hace pensar que igual la Xunta está buscando una alternativa, pero no lo sabemos a ciencia cierta", manifestó ayer un representante de la empresa, a pesar de que en la reunión en "Mafalda" había un directivo del Hospital.

El cierre de la escuela infantil afectaría a una docena de familias, entre trabajadores del Hospital, vecinos de Rubiáns y empleados de otras empresas del entorno. En ella trabajan tres personas.

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