La procesión del día de San Miguel, con visita al pazo da Golpelleira, celebrada ayer por los vecinos de Trabanca Badiña, podría ser la última que se lleva a cabo de prosperar la decisión del Arzobispado, comunicada a través de una carta que leyó el cura Daniel Espiño en el transcurso de la misa solemne dedicada al santo. La Iglesia pretende impedir que se baje al pazo cada 29 de septiembre la imagen del patrono de los vecinos de Trabanca que está custodiada todo el año en la capilla de este barrio vilagarciano.
La lectura de la carta del Arzobispado causó un gran sorpresa y malestar entre los vecinos que asistieron a la misa, quienes no están dispuestos que la Iglesia acabe por su cuenta con una tradición que dura ya casi ochenta años.
El traslado de la imagen de San Miguel al pazo da Golpelleira se remonta a la época de la Guerra Civil. En ese momento se decidió guardarla en el pazo para evitar que fuese quemada o destruida. Desde entonces, los vecinos de Trabanca Badiña fueron todos los años a buscar a la Golpelleira la imagen el día 27 de septiembre para devolverla el día 29, festividad de San Miguel.
Tras la misa solemne y la procesión, los asistentes a los actos religiosos acompañan la bajada del santo junto con la Banda de Música en una peregrinación de algo más de un kilómetro. Ya en el pazo, la comitiva vecinal es recibida y se celebra un acto de confraternidad. Desde hace unos años, la imagen de San Miguel permanece todo el año en la capilla que lleva su nombre en Trabanca Badiña, pero las comisiones de fiestas continuaron manteniendo en el programa el acto de bajada a la Golpelleira para regresar con el santo y depositarlo nuevamente en el templo.
En Trabanca Badiña consideran que la decisión de poner fin a esta tradición no puede ser adoptada unilateralmente por la Iglesia y señalan que debe ser consultada con los vecinos, quienes tendrán la última palabra.
Concejales en el pazo
Varios concejales del gobierno municipal socialista, entre ellos la portavoz Tania García y Sonia Outón, estuvieron presentes en la recepción del pazo da Golpelleira con motivo de la festividad de San Miguel, a pesar de que rechazan la participación institucional en actos religiosos.