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La lentitud en la tramitación llevó a una vilagarciana a iniciar una huelga de hambre

María Carrera, en el Ayuntamiento de Vilagarcía. // Iñaki Abella

Diez meses de retraso en tramitarse una solicitud de Risga. Este fue el motivo que llevó a la vilagarciana María Carrera a iniciar una huelga de hambre en abril del año pasado. Mantuvo su protesta durante casi tres meses -con su presencia diaria en las puertas de Ravella para visibilizar su situación- hasta que en julio recibió comunicación de la Xunta de la concesión de la renta, de 399,38 euros mensuales. En agosto ingresó la primera cuota, más de un año después de iniciar los trámites de la prestación.

La acusada demora que sufrió Carrera llegó al pleno municipal, al Parlamento gallego e incluso al Valedor do Pobo. Esta vilagarciana de 39 años denunciaba el procedimiento de la Consellería de Traballo e Benestar pero también el de la Concejalía de Servicios Sociales de Vilagarcía, a la que achacaba un retraso de tres meses en concederle la primera cita. Según la afectada, después empleó un mes en el papeleo y tras completar esa etapa fue necesaria la visita del trabajador social al domicilio, para lo que tuvo que esperar casi tres meses más. Toda una odisea para cobrar una renta de integración.

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