Con los aproximadamente 33 millones de kilos de uva obtenidos este año -en su práctica totalidad de la variedad albariño, a la que se suman treixadura, loureiro y otras variedades blancas y tintas-, la Denominación de Origen Rías Baixas podrá elaborar alrededor de 230.000 hectolitros de "un gran vino". Así lo pronostican los bodegueros consultados tras el cierre de vendimia, quienes garantizan la calidad del producto final.

Isidoro Serantes, gerente de bodegas Bouza do Rei (Ribadumia), profundizaba ayer en esta teoría para decir que "la calidad de la uva resultó incluso mejor de lo que esperábamos inicialmente, y las lluvias que se registraron a finales de agosto y principios de septiembre no solo no causaron daño alguno a la producción, sino que fueron decisivas para mejorarla".

Encaramado en lo alto de los tanques que almacenan ya el mosto obtenido tras el prensado de la uva, para así seguir de cerca la evolución del proceso de fermentación, Isidoro Serantes argumenta que se ha completado una vendimia "fantástica", y explica que "superar la barrera de los 30 millones de kilos de uva en el conjunto de Rías Baixas "es algo positivo para todos". El bodeguero ribadumiense sentencia que su bodega contribuye al éxito con 1,3 millones de kilos, y esto lo lleva a asegurar que "en Bouza do Rei hemos alcanzado sobradamente los objetivos que nos habíamos marcado antes de la campaña".

En la bodega Pazo de Rubianes (Vilagarcía) coinciden al señalar que "a pesar de la ciclogénesis que interrumpió los trabajos de recolección y que causó cierto nerviosismo y alteró la organización y buena evolución con la que habíamos empezado la vendimia, podemos decir que ésta ha concluido y que la cosecha 2015 será recordada por su calidad".