Un movimiento sísmico de 1,7 en la escala de Richter se registró ayer en una zona comprendida entre el puerto de Vilanova de Arousa y A Illa. El terremoto fue detectado por las estaciones con las que cuenta el Instituto Geográfico Nacional (IGN) que ayer publicaba en su página web una pequeña reseña sobre el suceso en la que se destacaba que el movimiento sísmico se detectó de madrugada, sobre las 4,30 horas, y que se originó a unos ocho kilómetros de profundidad en las coordenadas 42.5652 (latitud) y -8.8544 (longitud).

La vibración que generó el terremoto fue tan pequeña que nadie en Vilanova fue consciente de lo ocurrido y no trascendería de no haber sido publicada en la página web del Instituto Geográfico Nacional. Ni tan siquiera los efectivos de Protección Civil de Vilanova tenían constancia de lo sucedido, lo que deja lo ocurrido en una mera anécdota. Tampoco en el resto de municipios limítrofes se notó el terremoto. No en vano, la profundidad a la que se registró y el escaso movimiento y duración, apenas unos segundos, hicieron que su intensidad fuese mucho menor que la que puede provocar una explosión controlada en una cantera de granito.

Daniel Rey, geólogo de la Universidad de Vigo, apuntaba ayer que la ría de Arousa en particular, y Galicia en general, es una zona asísmica. "Se realizaron una serie de prospecciones en la época del Prestige que dieron como resultado que nos encontramos en una zona cretónica estable, y más allá de una falla en Triacastela, apenas existe actividad sísmica", explica. El geólogo limita lo ocurrido a un simple "asentamiento estructural que en absoluto puede resultar alarmante, ya que se trata de un movimiento muy pequeño que es muy probable que nadie sintiese". Un movimiento sísmico de esta magnitud tampoco afecta a las estructuras de los edificios.

Para encontrar precedentes similares al de Vilanova hay que remontarse a hace más de un año, cuando se registró otro movimiento sísmico en el municipio pontevedrés de Pontecaldelas. Aquel alcanzó una intensidad de dos grados en la escala Richter y tampoco dejó grandes referencias.

Más importante fue el que se registró en 2013 en Campo Lameiro, donde el terremoto llegó hasta los tres grados en la escala Richter y que dejó un reguero de referencias en toda la comarca de Pontevedra en forma de personas que sintieron como la tierra se movía bajo sus pies.