Las cinco expedicionarias tienen más de un motivo para organizar algo muy especial con el afán de alcanzar el mayor eco posible.
Un estímulo para encontrar de nuevo la energía en el interior de sí mismas y una prueba de que cualquier obstáculo se debe esquivar con ganas y motivación. El Reto Pelayo Vida invitaba a adoptar esa misma actitud.
"Lo más importante es decirle a la gente que se enfrenta a problemas graves de salud, como es el caso de quienes hemos padecido un cáncer de mama o cualquier otro tipo de cáncer, que no se queden en casa, que caminen y hagan ejercicio físico", remarca Araceli Oubiña.
Algunas exjugadoras de baloncesto que habían dejado atrás un trance similar arrimaron el hombro cuando le diagnosticaron la enfermedad a Araceli. "Hay que creer en la ayuda externa", subraya la cambadesa, y añade que "no siempre tenemos cerca a las personas que mejor nos pueden orientar, pero no hay que sentir ningún tipo de vergüenza ni reparo cuando se trata de actuar con normalidad mientras se batalla contra un problema de estas características".
Araceli Oubiña agrace la actuación de los profesionales que estuvieron a su lado y pide confianza en quienes se dedican a cuestiones relacionadas con el mundo de la salud, pero tampoco estará sola durante la actividad destinada a impulsar esta lucha.
Las demás integrantes son la dependienta madrileña Eva García, que ha participado en subidas de varios miles de metros; la comercial asturiana Rosa Fernández, con un bagaje también considerable en este sentido; la notaria valenciana Carmen González-Meneses, portavoz del grupo; la aragonesa María Barrabés, y la propia Araceli Oubiña, cinco nombres para un mismo objetivo.
