Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las cuatro pousadas pierden la temporada veraniega debido al retraso de una licencia

La adjudicataria preparó a unas 45 personas que iban a formar parte de la plantilla en sus establecimientos -Las instalaciones están concluidas y ya han sido incluso amuebladas

Interior de la pousada de Ribadumia, cuyo mobiliario ya estaba instalado el pasado mes de mayo // Noé Parga

La fecha de apertura de las cuatro pousadas de O Salnés es, transcurrido el verano, una incógnita, como consecuencia de un problema burocrático por la falta de un documento que impide la puesta en marcha de una oferta turística especial al tratarse de establecimientos adaptados a personas con déficit de movilidad.

La empresa que se adjudicó la explotación de las pousadas "Arlea Hotels", del reconocido grupo Hotusa, admite su preocupación por la tardanza en la autorización porque implica pérdidas importantes, además del deterioro por desatención que sufren las instalaciones y el mobiliario adquirido.

Además de que la firma contaba con abrir las instalaciones a mitad de julio, también existe otro grupo de damnificados pues en su día se realizó una selección de personal a los que se les obligó a desarrollar una formación dual. Según se explicó en su día, se trata de 45 alumnos que han tenido que realizar cursos para atender al tipo de clientela al que se dirige especialmente este tipo de establecimientos y que todavía no tienen asignadas las plazas que en principio les propuso la empresa que se hace cargo de esta oferta hostelera especial.

Las instalaciones ya están terminadas y amuebladas desde hace meses, gracias a una inversión que ha rondado los veinte millones de euros y, que en estos momentos se encuentra en el aire al desconocerse si se va, siquiera, a autorizar la explotación de las mismas.

En total son cuatro edificios, de los que tres son de moderna factura en Meaño, Meis y Ribadumia, además de otro en A Lanzada que aprovechó el inmueble del antiguo centro vacacional. Todos ellos han sido ejecutados gracias a un programa de la Unión Europea, que financió la casi totalidad de la millonaria obra, después de analizar varios proyectos presentados por distintas instituciones españolas.

La construcción de las pousadas ha tenido claros detractores políticos durante el último mandato del popular Rafael Louzán, quien tras las elecciones municipales fue apartado de la presidencia y no pudo culminar el proceso relativo a este ambicioso proyecto hotelero.

El Partido Socialista y el BNG, que ahora dirigen la institución provincial, fueron especialmente críticos con esta iniciativa y sobre todo ha argumentado la supuesta competencia desleal al sector hostelero.

Cabe admitir que el proyecto surgió justo en el momento en que despuntó la crisis económica, por lo que en principio podría entenderse como un despilfarro de recursos públicos ya que se trataba de una inversión millonaria en unos pequeños hoteles que ofrecen todo tipo de servicios a los usuarios.

Pero cabe destacar que se trata de una oferta singular para un colectivo que suele sufrir los inconvenientes de la deficiente adaptación de los establecimientos a sus problemas de movilidad, a los que se abre una oportunidad de viaje al abrir estos establecimientos.

Compartir el artículo

stats