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Nuevas vías de negocio en el sector forestal

Los resineros contactan con comunidades de O Salnés y Caldas tras el éxito de la campaña

Los tres socios de Resfor esperan obtener en cinco meses unos dos kilos de aceite por pino, lo que supera sus expectativas -"Galicia es una potencia sin explotar, pero aún hay recelos hacia esta actividad", aseguran

Aspecto de un pino "desrroñado". // Iñaki Abella

La obtención de resina de pino es una actividad económica muy arraigada en el interior de la península Ibérica, pero que en Galicia todavía está en pañales. Sin embargo, los primeros emprendedores que se han atrevido con este negocio sostienen que tiene futuro.

El joven vilagarciano Edgar Fernández, que es uno de los fundadores de la empresa de servicios forestales Resfor afirma que en solo cinco meses de extracción en terrenos de Bemil y San Andrés de Cesar (Caldas de Reis) obtendrán cerca de dos kilos de aceite por árbol. "La campaña está marchando muy bien, por encima de nuestras expectativas. Y eso que empezamos a resinar en junio, cuando lo ideal sería hacerlo sobre marzo", afirma.

Así las cosas, los integrantes de Resfor han iniciado contactos con otras comunidades de montes de O Salnés, la zona de Caldas e incluso Barbanza, en la provincia de A Coruña con la intención de disponer de más monte en el que trabajar. En algunos casos, añade Edgar Fernández, "las negociaciones están muy avanzadas", aunque en la mayoría dependen de la celebración de las asambleas de las comunidades de montes, que suelen hacerse después del verano.

Asimismo, quieren celebrar una jornada de "puertas abiertas" en octubre en Bemil, para que acuda cualquier persona interesada -ya sea comunero o propietario forestal- y que compruebe que "en nuestro trabajo respetamos la madera, y el pino no pierde calidad ninguna". "Una vez en Bemil los vecinos me preguntaron si la resinación podía provocar que el pino se secase, y les respondí que hay más posibilidades de que un pino seque por un incendio que por resinarlo. Y por desgracia pasó, y dos semanas después tuvieron un incendio en ese monte que incluso cogió una parte del monte donde estábamos trabajando nosotros".

Edgar Fernández atribuye los buenos resultados de la campaña no tanto al buen tiempo ("en junio y julio sí que hizo mucho calor, pero sin embargo en agosto llovió bastante") como al hecho de que "Galicia es una potencia resinera cien por cien, pero está sin explotar". En opinión de este vecino de Bamio de 23 años, esto se debe en gran medida "a que sigue habiendo bastantes recelos hacia esta actividad tanto por parte de la Xunta de Galicia como de algunas comunidades de montes".

Edgar Fernández y sus socios de Resfor, el pontevedrés Xián Santos y José Antonio Rodríguez, que ya resinó el pasado año en Mougás (Oia) y que pasó varias semanas en Segovia aprendiendo técnicas de este oficio, le venden el aceite a una fábrica castellana, donde se procesa para posteriormente convertirla en ingrediente de materiales muy diversos, como barnices o pegamentos.

Para llevar a cabo esta actividad aún poco extendida en Galicia los emprendedores necesitan llegar a acuerdos con los propietarios del monte. Lo más habitual es que recurran a las comunidades, con las que firman contratos de alquiler. Así, la empresa le paga a los vecinos una cantidad determinada por cada pino en el que estén trabajando, y además de poder desarrollar su actividad realizan trabajos de limpiar y desbroce en esa zona en la que están resinando. En el caso concreto del acuerdo con Bemil y San Andrés de Cesar, el contrato finaliza el 31 de octubre.

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