Representantes de la comunidad escolar del IES de Vilalonga realizaron una concentración a las puertas del instituto, para manifestar su repulsa por la reciente agresión sufrida por un profesor, a manos del padre de un exalumno. El progenitor fue denunciado en el juzgado por golpear, insultar y amenazar al docente.

Con el acto realizado ayer, además de repudiar este tipo de comportamientos, la comunidad escolar quería poner de relieve que se trata de un "hecho aislado" y que la tónica general en la relación del profesorado con las familias es de "colaboración y apoyo".

Aun así -explicó un portavoz de los docentes- estos "hechos aislados perjudican mucho el correcto funcionamiento del centro y suponen una lesión grave al profesorado", al margen de provocar un trastorno personal al afectado, que puede condicionar su vida profesional y privada.

Los profesores destacaron que, aparte de la agresión sufrida, otro perjuicio grave es el hecho de que los alumnos con un comportamiento así, "que además se ve reforzado por la actitud de su padre, en este caso", amedrenta a sus compañeros y genera un clima "muy desfavorable para el aprendizaje en las aulas; no tanto por su actitud disruptiva, sino por el hecho de que ésta esté apoyada desde casa", argumentó un profesor al explicar los propósitos de la concentración. "Es decir, que antes de que la agresión se haya producido, se han soportado situaciones de tensión a las que no se puede poner ningún remedio por no contar con el apoyo familiar", añadió el docente.

Solidaridad

Por otra parte, el profesorado del instituto de Vilalonga agradeció las muestras de solidaridad del alumnado y sus familias e insiste en que la convivencia en el centro "es muy buena" y en que casos como este "constituyen penosas excepciones".

El padre denunciado insultó, amenazó, golpeó y escupió a un profesor de este centro -según consta en la denuncia-, cuando el docente dejaba las instalaciones y se dirigía a su casa. Este suceso ocurrió en presencia del propio chaval. "Sabemos que no se trata de una situación habitual, pero es lo suficientemente grave para trastocar la convivencia y tener efectos muy negativos en la actividad educativa que desarrollamos", indicó la comunidad escolar, que llama a la responsabilidad de padres, madres y del propio alumnado, para evitar que este tipo de hechos se repitan.