El gobierno en funciones de Vilagarcía da por hecho que la reforma de la plaza de España, la obra más importante del primer presupuesto inversor de Tomás Fole -el de 2014-, no terminará en plazo. Y es que teniendo en cuenta que los trabajos arrancaron el 12 de enero y que el periodo de ejecución se fijó en cinco meses, la próxima semana debería estar terminada la actuación, un hecho improbable a tenor de la imagen actual que ofrece la plaza. Y es que todavía falta empedrar una de las dos calles a peatonalizar, así como distintas labores en la zona ajardinada.
Desde el Concello apuntan que "poco se puede hacer" mientras no se produzca un incumplimiento claro del plazo de entrega de la obra. Por tanto tendrá que ser el próximo gobierno el que se encargue de tomar las medidas que considere oportunas.
La concejala de Obras, Ana Granja, ha apercibido en varias ocasiones a la adjudicataria, Stradia Infraestructuras S. L., por demoras en la ejecución de la reforma. Tuvo que frenar los planes de la empresa de paralizar la obra durante diez días en Semana Santa, además de darle un toque de atención al inicio de la actuación, en enero, porque alegando las continuas lluvias Stradia interrumpió los trabajos. Fue entonces cuando Granja le ordenó continuar trabajando por otra zona de la plaza, desplazándose de la parte ajardinada -más afectada por las precipitaciones- a los viales objeto de peatonalización.
Piedra sin la calidad exigida
Y ahora ha vuelto a ocurrir algo similar. Ante los persistentes problemas con el suministro de la piedra para colocar en dos de los laterales de la plaza de España, los operarios se han puesto a instalar el adoquín que rodea la fuente y cubre los pasillos de la zona verde para el tránsito peatonal.
Fuentes municipales aseguran que la piedra la está suministrando una empresa de Portugal y "no cumple con la calidad exigida", por lo que la constructora la rechaza. Y es que según consta en el proyecto elaborado por los técnicos de la Oficina Técnica de Rehabilitación Urbana, el material pétreo debe tener un espesor de 15 centímetros para así otorgar una mayor firmeza al terreno. La adjudicataria está "negociando" con otra empresa para que le surta la piedra, pero mientras no fructifican esas gestiones, los obreros aprovechan para instalar el adoquinado.
Desde el gobierno saliente quieren dejar claro su "malestar" por la demora que acumula la ansiada reforma de la plaza de España, pues "no podrá ver la obra terminada y en plazo".
La actuación se adjudicó a Stradia Infraestructuras S.L. por un importe de 224.709,99 euros, muy por debajo del precio de licitación, que se situaba en 300.000 euros, presupuesto en base al cual los profesionales del ARI elaboraron el proyecto.
