Una herencia "sin partir" puede ser un auténtico quebradero de cabeza por muchos motivos. Uno de ellos es que dificulta mucho cobrar una expropiación. En algunos casos, lo impide. Eso es lo que le ha pasado a varios vecinos de O Salnés que ayer fueron citados para recibir los cheques de las expropiaciones de terrenos que se hicieron en su día para convertir la vieja vía rápida de O Salnés en la actual autovía que une Curro y Sanxenxo.
En Meis había citadas unas 15 personas, y en Meaño otras 20. Y varias de ellas se marcharon del Ayuntamiento sin poder recoger el ansiado cheque porque sus padres o abuelos dejaron sus herencias sin repartir, con lo que no podían demostrar fehacientemente que la finca expropiada en su día por la Xunta de Galicia para construir la Autovía les pertenezca ahora a ellos, y no a otros familiares.
En cualquier caso, desde la administración aclaran que esto no significa que vayan a perder el dinero. El importe de esos cheques no entregados se ingresa por un periodo de 20 años en una cuenta de la Consellería de Facenda. Si los beneficiarios lograr poner al día su documentación en ese periodo de tiempo podrán recibir el dinero -más los intereses-, y en caso contrario transcurridas esas dos décadas, el dinero sí pasará al erario público. El pago de expropiaciones prosigue hoy en los municipios de Ribadumia y Sanxenxo.
Obra inaugurada en 2008
Las expropiaciones que está pagando ahora la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras son de expedientes que no se pudieron completar en su día por diferentes motivos. Uno de ellos era precisamente tener incompleta la documentación que acredita la titularidad de la finca expropiada por la administración. Esto puede complicarse en el caso de que la propiedad pertenezca a una persona ya fallecida y que no haya dejado un reparto claro de sus bienes entre sus legatarios.
Pero no es esta la única razón por la que han quedado rezagados estos expedientes. Otras, según explican técnicos de la administración, son que en su día los afectados por la apropiación de los terrenos no comparecieron para cobrar, la administración no logró contactar con ellos ni por carta ni por teléfono, o presentaron una reclamación económica al considerar demasiado bajo el precio que les ofrecía la Xunta por sus parcelas. La Autovía se inauguró en el verano de 2008, y la gran mayoría de las expropiaciones se pagaron en aquellos meses inmediatamente anteriores y posteriores. Lo que se intenta resolver son los últimos flecos.
